La razón que llevó a Tommy Rey a bautizarse con ese apodo artístico

Patricio Fernando Zúñiga Jorquera, que falleció esta semana a los 80 años, en algún momento en sus orígenes artísticos fue Tony Rey. Pero una publicación en un diario lo empujó a dar el giro e iniciar la leyenda. Esta es la historia.
Por supuesto que hubo una época en que Tommy Rey no era precisamente Tommy Rey: era Patricio Fernando Zúñiga Jorquera, un nombre más mortal y mundano, antes de la fama, los años nuevo, las Daniela y los trencitos bailables.
Hacia 1960, cuando tenía 16 años y luego de trabajar en la mueblería de su padre en el barrio Huemul del sur de Santiago, el futuro artista empieza a probar suerte como cantante en distintas radioemisoras de la capital, su pasión embrionaria en días de adolescencia, en un derrotero que siguieron muchos intérpretes que por esos años veían en el dial AM el trampolín más efectivo al estrellato.
De esa forma, empezó a probarse en espacios como El Calducho, de radio Portales, donde reinaban artistas como Luis Dimas o Fresia Soto: la nueva ola en pleno. “No me dieron mucha bola, porque yo cantaba cosas melódicas, y estaba de moda el twist y el rock and roll. Me aburrí y me fui”, recordaba en 2022 en entrevista con este medio.
Su próxima parada fue radio Agricultura y su programa Llamando al favorito. Así lo recordaba Tommy Rey en la misma conversación: “El animador era Enrique Valladares que había sido cantante, y a él le gustó lo mío. En esa radio trabajaba una orquesta que era muy famosa, Los Peniques. Se quedaron sin cantante y Enrique Valladares pensó que yo podía servir, y le dijo al director de la orquesta que me probaran. Lo hice y quedé altiro. Tenía 18 años”.
Súbitamente, Patricio Zúñiga pasó a ser el cantante de la orquesta Los Peniques. Pero algo no cuajaba del todo.
Cómo pasó a llamarse Tommy Rey
El director de Los Peniques, Silvio Ceballos, se acercó una tarde al vocalista y le lanzó con sinceridad: “tú necesitas un nombre más tropical, porque Patricio Zúñiga no pega ni con cola con la música tropical”.
Zúñiga admitió que la advertencia era cierta. “A ver, vamos a inventar un nombre”, siguió Ceballos. Y ahí a él se le ocurre apodarlo como... Tony Rey. Así es, con “n”. “Él me puso Tony Rey, con una N”, precisaba Zúñiga en una entrevista del libro ¡Hagan un trencito! Siguiendo los pasos de la memoria cumbianchera en Chile (1949-1989).
Ya había adoptado su nueva identidad artística, cuando días después vino el golpe que lo cambió todo. Y que iniciaría la leyenda. ¿Cómo cambió a Tommy Rey?
El propio cantante lo explica en el mismo texto: “Resulta que por ahí apareció un representante de artistas en el diario, en ese tiempo estaba de moda el Diario El Clarín, y había una página, me acuerdo que escribía Guillermo Zurita Borja, un periodista que ya falleció también, y ponía ahí copuchas”.
“Entonces ‘el representante Tony Rey’. Tony Rey... ¡Tony Rey! ¡Tony Rey se llama! Yo lo vi y dije chutsas, entonces existe ese nombre. Y dije ‘ya, entonces me voy a cambiar’. Y me puse Tommy con dos M e Y: Tommy. Yo me lo cambié a Tommy. Entonces el que inventó la idea fue Silvio Ceballos cuando era director de Los Peniques y me puso Tony Rey. De ahí viene”.
Sin embargo, el Tommy Rey posterior fue idea de él mismo. Así se hizo célebre en La Sonora Palacios y saltó a la popularidad con su propia sonora desde 1982.
A momentos, el propio intérprete revelaba que la gente pensaba que su nombre real era Tomás Reyes. Nada que ver. Ese nombre si que no tenía sabor tropical alguno.
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