El gran arquitecto de la saga de superhéroes que comenzó en la pantalla grande con Iron Man (2008), y que hoy se extiende a la televisión, es Kevin Feige. Productor y presidente de Marvel Studios, el realizador le ha estrechado la mano a una decena de directores que han integrado el MCU (Universo Cinematográfico de Marvel), una franquicia sobre la que se ha dicho que la mayoría puede entrar y salir sin imprimir mayor personalidad.
Anthony (51) y Joe Russo (49) son dos de los que podrían argumentar haberse ganado un capítulo aparte dentro de ese armado. Con una trayectoria marcada por la comedia (Arrested development, Community), en 2014 estrenaron Capitán América y el Soldado del Invierno, que semejó un vigoroso thriller de espías con tintes de Guerra Fría. Luego asumieron la conducción de Capitán América: Civil War (2016) y de las dos cintas que conforman el pináculo de la saga, Avengers: Infinity War (2018) y Avengers: Endgame (2019).
Pero tras consolidarse como los realizadores con mayor recorrido en el MCU, la dupla de hermanos pasó a enfocarse en AGBO, la compañía de cine y TV que fundaron en 2017 y que se dedica a “apoyar al talento emergente y entretener al público global”, según su portal.
En ese tránsito decidieron que su primer proyecto como directores lejos de Marvel fuera Cherry, una cinta que encarna uno de los derroteros más improbables para dos cineastas del siglo XXI que rompieron toda marca en taquilla.
“Hicimos esta película para nuestros hijos”, dice Joe Russo en febrero ante un reducido grupo de medios. “Para nosotros, la película realmente representa la lucha de esta generación con la vida moderna”, añade vía videollamada a Culto sobre el filme disponible en Apple TV+, cuyo eje son las duras experiencias de un joven (Tom Holland) que se enfrenta a las adicciones, al trauma de la guerra y a un amor tormentoso.
Un viaje sombrío, pero no completamente desalentador, en que los directores se vinculan con el Estados Unidos post 11 de septiembre de 2001, a través de un personaje conducido por “la idea de un sentido de conexión, una especie de revolución contra las tendencias del mundo posterior al 11-S”, apunta Anthony Russo.
La cinta se basa en el libro semiautobiográfico que Nico Walker publicó en 2018 y estudia la crisis de opioides en la sociedad norteamericana mediante los ojos de la Generación Z, pero también es un retrato de Cleveland, tierra natal de los hermanos Russo.
El dúo sumó de paso otro ingrediente familiar al volver a unir fuerzas con Holland, el actual Spider-Man de las producciones de Marvel y a quien ellos mismos seleccionaron para el rol hace seis años.
Una elección de casting que en el caso de Cherry operó como respuesta, señala Anthony, “a cómo invitamos al público a este mundo tan complicado y tan oscuro. Tan pronto como Tom (Holland) apareció en nuestras cabezas, toda la película cobró sentido para nosotros. Es una de las estrellas de cine más simpáticas y agradables de ver que hemos conocido”.
Parte del movimiento también puede ser leído como una suerte de resistencia a desvincularse por completo de la franquicia que los volvió enormemente populares. Otro miembro de los Avengers, Chris Hemsworth (Thor), protagonizó hace un año el thriller de Netflix Misión de rescate, que produjeron y Joe escribió.
Y el millonario nuevo largometraje que ahora están filmando para la misma platatorma, The Gray Man, cuenta con un voluminoso elenco encabezado por Ryan Gosling y Chris Evans, el hombre detrás del Capitán América hasta Avengers: Endgame.
Son parte de los títulos que conforman la nueva etapa de los Russo después de echarse al bolsillo a Hollywood y reinar en el cine a gran escala. “Es nuestra estrategia para los siguientes 10 o 20 años, que nos lleve a hacer grandes películas comerciales y películas muy personales al mismo tiempo”, define el menor de la pareja.
-Al preferir hacer sus propios proyectos en vez de quedarse en el MCU, ¿se perciben a sí mismos como directores arriesgados y atípicos?
Joe Russo: No creo que sea arriesgado. Ciertamente tuvimos siete años de películas comerciales muy visibles. Ahora estamos en un lugar donde podemos contar muchas de las ideas e historias que deseábamos contar en las últimas décadas. Y estamos emocionados y ansiosos por hacerlo. Sí creo que es importante la filosofía que nos enseñó (Steven) Soderbergh cuando nos estaba guiando: una para ti, otra para ellos. Usa la exposición que obtienes al hacer grandes películas para hacer otras difíciles y estimular la conversación. La crisis de los opioides merece una conversación ahora mismo. El último año fue el más mortal de la crisis en Estados Unidos, entonces no va a en retirada. De hecho, está empeorando.
-¿Cómo cree que el cierre de las salas por la pandemia afectará a Hollywood, y cómo ha sido su experiencia con las plataformas de streaming?
Joe Russo: Ciertamente afectó a Hollywood porque los cines están cerrados, pero si miras a China, se han batido récords durante tres días seguidos. Creo que la gente volverá al cine y, cuando esto acabe, será como los felices años 20. Así que no creemos que las salas vayan a ninguna parte. Sin embargo, sí pensamos que esto ha acelerado transformaciones que venían desde la última década. El cine es caro, es caro conseguir una niñera, pagar una cena y salir. (En algunos países) para la gente es prohibitivo ir al cine.
“Por eso creemos que la distribución digital es un gran ecualizador. Democratiza el contenido. Y creo que ha hecho un trabajo excepcional al impulsar las agendas de diversidad y asumir mayores riesgos, porque sus métricas no son las mismas que las del cine. No se trata de llegar al lunes y ver si tuviste o no una gran taquilla. Se trata de que la gente hable de ti, y la gente tiende a hablar del material más arriesgado y ruidoso. Creo que todos, como espectadores y directores, deberíamos estar muy agradecidos de que tengamos distribuidores digitales que están cambiando el negocio, y nos abren la puerta a muchas más voces que las que el cine había admitido en las últimas dos décadas”.