Los Tres en Lollapalooza 2025: esta es mi primera vez

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Los Tres en Lollapalooza 2025: esta es mi primera vez Foto: Pablo Vásquez / La Tercera

En el debut de los penquistas con alineación original en el Lollapalooza, despacharon uno de los grandes shows de la jornada de cierre. Con su batería de éxitos y el infaltable set de cuecas, demostraron que con la Revuelta siguen en muy buena forma.


Tras su brillante presentación el fin de semana pasado en el REC, donde jugaron de local, Los Tres salieron poco antes de las 20.00 horas en el Cenco Malls Stage. En su primer Lollapalooza con formación original, el conjunto hizo una pasada por sus mayores éxitos, en el marco de la conmemoración de los 30 años de su disco La espada & la pared, para muchos, el mejor de los penquistas.

El grupo abrió fuegos con Sudapara uno de los tracks que forman su disco debut y que fue recibido con entusiasmo por el público. Le siguió la rolingera Gato por liebre, de las pocas revisiones que suelen hacerle al álbum Se remata el siglo. Como suelen hacerlo en vivo, en la parte puente despachan un diálogo de solos de guitarra entre Ángel Parra y Álvaro Henríquez, al estilo de los duelos de guitarra en los 60. Luego, otra de sus clásicas Hojas de té, con el slide a lo Muddy Waters; La torre de Babel, donde en su estilo Henríquez pidió al público “saltar, cantar, hueviar”.

El grupo sonó sólido, sin fisuras, haciendo que esas canciones tan ancladas en el repertorio popular sigan luciendo frescas. Es un conjunto tocando con ganas y que está disfrutando su segundo tiempo con la formación original. En ese sentido, el gran plus de esta Revuelta es ver a los penquistas junto a Pancho Molina.

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Foto: Pablo Vásquez / La Tercera

Pensando en quienes no los vieron en los 90, es una experiencia imperdible: Molina es un virtuoso que le saca un sonido rotundo a la batería (una Sonor de medidas jazzeras), tocando en base sincopada y jazzera sin perderse ni perdiendo la pronunciación de la síncopa. Los Tres son otra cosa con él: es un baterista de club de jazz que entiende el formato más directo del rock, algo muy poco habitual. Si bien nunca ha sido un baterista tan potente, su touch hace que suene todo diferente.

Por lo demás, para tocar con Los Tres se necesita virtuosismo, es la única manera de tocar las sofisticaciones de su música, y eso es un elemento que se mantiene inalterable hasta hoy. Unos virtuosos pero que no caen en lo excesivo ni en lo pretencioso, todo va en beneficio de la canción.

Así pasaron más momentos en el recital. Silencio, por ejemplo, el track del álbum Fome que es muy valorado por los fanáticos. Una de esas joyitas que la banda se permite regalar de tanto en tanto (otras como Feliz de perder, Agua fría o Lo que quieres, se agradecerían mucho). Luego vino otra de ese álbum, Olor a gas, que fue cantada por el público -joven y adulto- que en general respondió de buena manera al cancionero de Los Tres. Después el karaoke masivo con Dejate caer, con la parte puente sacada de la versión de Café Tacvba.

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Foto: Pablo Vásquez Rocha / La Tercera

Y llegó un momento que pudo ser especial. La dedicatoria que Álvaro Henríquez hizo de Amor Violento a Julieta Venegas refrescó la atención sobre el conjunto, amén del vínculo entre ambos. La pregunta caía de rebote, ¿iría a repetir la dedicatoria esta vez?, ¿o le dedicaría otra canción a la mexicana? Al menos preguntárselo era entretenido. Y la respuesta: Henríquez solo invitó a cantar “mucho, afinado y a tiempo”. No hubo dedicatoria 2.0. Una lástima.

Pasaron Moizefala, una de las joyas ocultas de La espada & la pared, seguida de la infaltable sección cuequera, donde se escucharon El conventillo, La perra con el perro y La vida que yo he pasado, para volver con otra sección de caladas: He barrido el sol, La espada & la pared, No sabes qué desperdicio tengo en el alma (ese guiño a Faith No More y AC/DC que se agradece) y el final con una canción que no es de ellos, pero es como si lo fuera: Tu cariño se me va. Tras una hora, Los Tres firmaron un show sólido y que la gente aplaudió y disfrutó. La leyenda está de vuelta.

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