María Ignacia Urzúa, autora: “Falta fantasía adolescente sin contenido +18 en los best-sellers nacionales”
La escritora es una de las nuevas apuestas de la literatura chilena de fantasía. Según sus palabras, considera necesario que los libros del género se acerquen a todos los rangos etarios y que, en específico, se abran los espacios para fantasía juvenil e infantil, escasa dentro de los best-sellers actuales. En conversación con Culto, Urzúa se refiere también al impacto de las redes sociales en los gustos lectores y a la moldeable industria nacional actual.

María Ignacia Urzúa es una de las apuestas de la literatura chilena. De profesión abogada, la también bookfluencer, conocida como “Chiqui”, publicó Una promesa de cien años a manos de Ediciones Urano. En casi cuatrocientas páginas explora un complejo mundo de fantasía que incluye magia y dragones.
Desde la editorial, aseguran que Urzúa es una especie de “Francisca Solar juvenil”, haciendo eco del super ventas que ha sido El buzón de las impuras. Asimismo, se busca una revitalización de los libros de fantasía, sin que necesariamente contengan el factor +18 que ha caracterizado a los best-seller de las últimas décadas.
En conversación con Culto, la autora se explaya respecto a las publicaciones nacionales en la moldeable industria editorial, el impacto de las redes sociales en los gustos lectores y su percepción respecto a los libros de fantasía en la actualidad.

Una Promesa de Cien Años
El libro se publicó originalmente en 2022 con Editorial Trayecto y ahora llega renovado al catálogo de Ediciones Urano. La historia se centra en Melliedor, una tierra ficticia en la que ha reinado el caos durante un centenio; los poderes mágicos que poseen los habitantes cobrará relevancia con el pasar de las páginas y dos protagonistas, aparentemente desconocidos, darán vida a una trama de amistad y cariño fraternal, donde los vínculos y las traiciones serán centrales.
“Desde que comencé a escribir han pasado seis años, aunque la idea inicial surgió hace casi diez. Lo primero fue una imagen: un joven con un bastón que soltaba chispas verdes. Siempre he sido muy responsable con mis objetivos, entonces una vez que entré a la universidad me concentraba solo en estudiar, la escritura la dejaba para mis vacaciones, así que fue una historia que se gestó de a poco”, comenta Urzúa.
Dice que tiene varios borradores con historias también dentro de lo fantástico. A la vez, confiesa que no es uno de los géneros que más consume, sin embargo, esas tramas tienen un lugar especial: fueron los libros con los que se enamoró de la lectura. “En cuarto básico leí Fairy Oak de Elisabetta Gnone, con eso forjé mi identidad lectora. Le debo mucho al género”, expone.
La fantasía –realmente– juvenil
La idea de escribir y publicar Una promesa de Cien Años, encuentra una de sus razones en este mismo ámbito, según sus palabras, las y los niños necesitan tener exponentes en género fantástico, y dentro de lo que es literatura chilena, había poco de dónde elegir.
“Falta este tipo de fantasía adolescente sin contenido +18. Es necesario que los padres puedan comprar un libro con tranquilidad, sin la sorpresa de encontrarse con escenas para adultos en libros que supuestamente eran para niños y adolescentes. También creo que es muy necesario que tengan alternativas más allá de Harry Potter o Percy Jackson, que son sagas que vienen de otros países; tiene que haber literatura de fantasía chilena en las estanterías”, comparte Urzúa. Y agrega: “No digo que no exista, pero sí que faltan espacios en la industria de las macro empresas para quienes tenemos estas propuestas que se escapan un poco del canon tradicional”, agrega.

En esta conversación expone que, según su opinión, los principales nombres de la literatura chilena son Isabel Allende, Hernán Rivera Letelier, Alia Trabucco y similares; libros que se quedan en el mundo natural, sin explorar mucho con las características fantásticas, alejándose muchas veces también de un público infantil y juvenil. En esta reflexión, la abogada considera que el desapego de los adultos con la literatura de fantasía tiene que ver específicamente con la edad.
“Creo que el nicho se está desarrollando, hay editoriales que se dedican cien por ciento a la literatura nacional de fantasía, pero este tipo de libros no está funcionando al nivel de los best-sellers. Sí hay chilenos que están apostando por escribir fantasía, entonces es necesario que tanto la industria como los lectores les den cabida, que les den una oportunidad”, comparte.
Asegura que es un género complejo y que los adultos van dejándolo de lado, tanto a la hora de leer como también de escribir: “Es triste pensar en eso cuando la fantasía es el género que logró que muchos de nosotros estemos leyendo hoy”, cierra.
El impacto de las redes sociales en la industria editorial
No es nuevo que las redes sociales han influenciado fuertemente distintas áreas comerciales, y la editorial no se quedó atrás. Hace no muchos años, dentro de las librerías, comenzando por las internacionales, se comenzó a ver estanterías completas categorizadas como “fenómenos TikTok”, asimismo, desde dentro de la industria editorial se tomaron decisiones que seguían estas tendencias. De ahí que muchos autores que comenzaron en Wattpad sean quienes lideraron rankings y rompieron récords de lecturas. También, algunas editoriales crearon sellos específicos para publicar estos títulos masivos.
Para la autora de Una promesa de cien años, esta viralización del contenido literario tiene más ventajas que desventajas, destacando la creación de una amplia comunidad lectora virtual. “Las redes sociales le han dado voz a personas que antes no la tenían, sobre todo al público general. En el mundo de los libros, eso se traduce a lectores, que, como yo, no teníamos ninguna conexión con el mundo editorial, pero que a través de Bookstagram o BookTok, pudimos acercarnos y generar opiniones valiosas, que se toman en cuenta”, analiza.
La escritora administra la cuenta de Instagram @te.conlibros, que a la fecha acumula más de 280 mil seguidores. En esta, recomienda libros a través de reseñas y opiniones: “No necesariamente somos críticos, simplemente somos personas con algo que decir y con la necesidad de expresarnos. De compartir el gusto lector”, aporta.
Por otro lado, la autora comparte que la creación de esta cuenta tuvo cierta estrategia. Notó que a nivel internacional, quienes acumulaban cierta cantidad de influencia, podían llegar con más herramientas a tocar las puertas de las editoriales. “En mi familia no hay nadie dentro de la industria editorial y yo me dediqué al Derecho. Sin Té con Libros hubiera sido mucho más difícil lograr lo que tengo hoy. Finalmente esta plataforma te da un respaldo, y las editoriales respetan eso”, dice la abogada. “No es un tema de justicia, sino un tema de oportunidades. Las redes me permitieron la oportunidad de presentar mi trabajo a las editoriales y que se viera un potencial incluso más allá del mismo texto”, explica.
Cada vez es más normal encontrar autores muy activos en redes sociales. Esto, sin duda, responde a los movimientos de la industria. Encontrando día a día nuevas maneras de promocionar los libros, algo que va más allá del marketing, y que, por lo mismo, son las mismas casas literarias quienes han tenido que adaptarse.

Desafíos de la industria editorial según Urzúa
María Ignacia Urzúa, confiesa que el Síndrome del Impostor es algo con lo que lidia constantemente, sobre todo desde que el libro tuvo una masificación de ventas. Reconoce que ha sido un proceso largo: la idea original surgió hace cerca de diez años, luego vino la pausada escritura, seguida de dos publicaciones en distintas casas editoriales.
Ahora, con un poco más de perspectiva, se explaya respecto a ambas experiencias, analizando cómo las tendencias y fenómenos modifican la forma y fondo del modo de publicación: “Creo que no hay una fórmula mágica, aún no se sabe muy bien cómo manejar la velocidad de las redes sociales. La industria del libro, específicamente, es lenta: antes un libro se publicaba afuera y pasaban meses o incluso años hasta tener una traducción en español. Hoy tenemos publicaciones simultáneas casi a nivel mundial. Es una locura”, comparte.
Sobre esta velocidad, opina que se aprovecha la tendencia, pero que aún está la etapa del ensayo y error. “Es lindo ver que autores que vienen de plataformas, o que han logrado autopublicar, tengan éxito. Aunque aún son pocos los que logran mantenerse en el tiempo. Ahí tenemos después autores con un solo título o algunos que tuvieron mucho éxito por fuera, pero al ser publicados por las grandes editoriales, no son bien recibidos por los lectores”, analiza.
La solución conlleva tiempo, y de acuerdo con Urzúa, esta tendrá que ver con encontrar un equilibrio entre tendencia y velocidad editorial, ya que hoy no es sostenible. También, hay que tener en cuenta las nuevas maneras de consumir literatura: ya no está solo el libro físico, que mantiene el protagonismo, ahora están los lectores electrónicos, los audiolibros; son formatos que se adaptan a los distintos tipos de lectores. Urzúa destaca la importancia de estos formatos, por ejemplo, para estudiantes o para trabajadores con largos turnos: “La gente lee, y quiere leer cosas que le interesen. Adaptarse a las tendencias y a las nuevas tecnologías es fundamental”.
Una secuela y una nueva Amabook Fest
Sobre la secuela de la historia en Melliedor, que comienza con Una promesa de cien años, la autora comparte que tiene una continuación en los planes. Sin embargo, aún no hay tanta claridad: no sabe si será una saga de varios tomos o una sola publicación más que cierre la trama fantástica. Agrega, sin embargo, que el cariño de los lectores ha sido motivo suficiente para comenzar a planear un desenlace a la altura.
El pasado sábado 12 de abril se realizó el lanzamiento oficial del título en la Corporación Cultural Las Condes; evento que tuvo casi 250 asistentes. Ahora, dentro de la agenda de la autora recientemente publicada, está la nueva edición de Amabook Fest.
Esta cita está programada para el 9 de mayo en el Salón Fresno de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Las actividades comienzan a las 11 horas, con un cronograma que incluye una alfombra roja. Los autores invitados son María Ignacia Urzúa, el español Bruno Puelles y la estadounidense Elise Kova. Las entradas para el evento ya se encuentran disponibles; dentro del precio se incluye la oportunidad de firma y fotografía con los autores invitados, además de una botella temática, una bolsa de tela y un diario de lectura.
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