Por qué el tercer capítulo de Adolescencia ha provocado tanta conmoción

La elogiada miniserie de Netflix –un drama sobre un joven sospechoso de haber cometido un homicidio– alcanza algunos de sus momentos más álgidos en el encuentro del protagonista con la psicóloga asignada a su caso. Fue el primer episodio que filmó Owen Cooper, actor debutante que nunca había participado en una producción audiovisual. “Es la intensidad de saber que el público lo va a ver todo. No hay escondite, y eso es intimidante”, indicó la actriz Erin Doherty, responsable de interpretar a la terapeuta.
Adolescencia está plagada de momentos de alto voltaje dramático. Desde el momento en que la policía ingresa intempestivamente a la casa de Jamie Miller (Owen Cooper), un adolescente de 13 años acusado de homicidio, prácticamente no hay momento en que los decibeles disminuyan.
La miniserie de Netflix se apoya en una escritura precisa, en el uso del plano secuencia –es decir, la ausencia de cortes– y en actuaciones vulnerables y humanas. Y esas bases se sostienen a su vez en una una fina dirección de actores y en una minuciosa coreografía entre el operador de cámara y el resto del equipo.

Stephen Graham y Jack Thorne, los creadores de la ficción, definieron darle un énfasis distinto a cada episodio con el fin de abordar el asunto desde diferentes perspectivas: el primero es sobre la detención y el interrogatorio, el segundo es sobre el colegio y el cuarto es sobre las consecuencias en la familia.
¿Y el tercero? Es una hora dedicada al encuentro entre Jamie y Briony Ariston (Erin Doherty), la psicóloga asignada a su caso. Salvo por los primeros minutos, que sirven para presentar a la especialista, se trata de él tratando de dilucidar el propósito de sus preguntas y sus verdaderas intenciones, y de ella intentando hacer su trabajo.
Ambos ya se conocen, porque han transcurrido siete meses desde la detención del adolescente –acusado de matar a una compañera de colegio– y Briony lo ha visitado en otras ocasiones para elaborar un informe. A medida que la conversación progresa, el joven estalla en ira y se produce un carrusel de emociones que no dejan indiferente a nadie.
“Es una hermosa obra maestra de Jack Thorne”, señaló Graham, elogiando al dramaturgo y guionista que escribe todos los capítulos, y que antes ha dejado su impronta en las series National treasure y The Eddy.

Debido a temas de producción, los creadores y el director Philip Barantini grabaron el tercer episodio al inicio del rodaje. Eso implicó que ese capítulo fue lo primero que filmó Owen Cooper, un actor seleccionado entre cerca de 500 postulantes que sólo había hecho obras en el colegio. Además, fue la primera vez que los realizadores pusieron en práctica el método que da identidad a la miniserie, una sola toma, con cada situación ocurriendo en tiempo real.
Erin Doherty, actriz que interpretó a la princesa Ana en dos temporadas de The Crown, tenía una dosis razonable de temor por el desafío que les esperaba.
“Antes de conocerlo (a Cooper), pensaba: ‘¿Cómo demonios lo vamos a lograr, si solo estamos los dos en esta sala?’. Pero lo conocí y el primer día pensé: ‘¡Dios mío, este tipo es un profesional!’. Es como si llevara 50 años haciéndolo. Apareció y se sabía sus diálogos. Es una de las mejores experiencias actorales que podría pedir”, explicó a Variety.
Tal como en los otros capítulos, hubo dos semanas dedicadas a los ensayos, la primera consagrada a los actores y la segunda en complemento con los movimientos de cámara. La idea era reforzar la dinámica del equipo y fortalecer al grupo como una sola unidad. Doherty ha reconocido que el reto se se asemejaba al teatro, pero con una dificultad particular. “Es la intensidad de saber que el público lo va a ver todo. No hay escondite, y eso es intimidante”, indicó.

La intérprete, por su parte, hizo su propio trabajo: volvió a contactar a su terapeuta para hacerles algunas preguntas y decodificar la experiencia de su personaje. La actriz quería “saber dónde está tu mente en cada momento. No entiendo cómo logran superar una sesión, y mucho menos a cuánta gente ven en 24 horas (...) Yo estaba tan agotada emocional y físicamente al final de los días de rodaje; no sé cómo lo hacen”.
Esa clase de preguntas probablemente son las mismas que quedan en la cabeza de los espectadores, abrumados por las repercusiones emocionales de la historia.
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