Culto

Reseña de libros: de Scott Fitzgerald a Han Kang

Una nueva edición de El Gran Gatsby, la gran novela americana del siglo XX, con motivo de su centenario; el volumen de poemas Guardé el anochecer en en el Cajón, de la escritora sudcoreana y ganadora del Premio Nobel de Literatura, y la adaptación a libro álbum de la obra Un poco Invisible, de Andrés Kalawski, en las lecturas de la semana.

Francis Scott Fitzgerald.

El Gran Gatsby, de Francis Scott Fitzgerald (Tajamar)

Las primeras palabras de El Gran Gatsby probablemente se encuentran entre los más célebres inicios de la literatura occidental. “Durante mis años más jóvenes y vulnerables mi padre me dio un consejo que desde entonces no ha cesado de habitar mi mente”, dice el narrador. “‘Cada vez que creas que tienes que criticar a alguien’, me dijo, ‘solo recuerda que no toda la gente de este mundo ha contado con las ventajas que tú has gozado’”. De esta forma comienza la obra maestra de Francis Scott Fitzgerald, una novela triste y esplendorosa que se publicó el 10 de abril de 1925. Con motivo del centenario, Ediciones Tajamar lanza una nueva edición, que cuenta con una de las mejores traducciones al español, obra de Oscar Luis Molina. La gran novela americana del siglo XX, como la llamó Harold Bloom, es el retrato de una generación y de una década, los locos y frívolos años 20, así como una tragedia amorosa. Desde luego, es la crónica sobre un imposible: es la historia de Jay Gatsby, el hombre que se reinventa a sí mismo como un enigmático millonario para conquistar el corazón de Daisy, un antiguo amor de un círculo social que nunca lo aceptará.

Nick Carraway es el joven narrador que acompaña y narra la tragedia de Gatsby, y que es testigo de una época que cubrió de brillo la angustia. Para Gatsby, el sueño americano resulta una amarga ilusión. Esta edición agrega un prólogo escrito por el propio Fitzgerald en 1934 y que se mantenía inédito en español. Cuando se publicó, la novela fue un fracaso comercial. Un hermoso fracaso que el tiempo convirtió en uno de los grandes clásicos del siglo XX.

Guardé el Anochecer en el Cajón, de Han Kang (Lumen)

La obra de la escritora coreana Han Kang, premio Nobel de Literatura 2024, nace de una profunda sensibilidad poética. Ella comenzó su trayectoria en 1993 publicando poemas. Un año más tarde se estrenó como novelista, con una prosa que está intensamente animada de aliento poético. Así como sus novelas están marcadas por las tragedias que han golpeado a su país, sus poemas articulan y le dan voz al dolor, la emoción y la pérdida de modo más personal. Recién traducido al español, este volumen reúne más de medio centenar de textos, en verso y prosa, que parecen transitar desde el alba al alba, atravesando la noche. “A través de la rendija/ de la luz primaveral/ y la oscuridad que se dispersa,/ se vislumbra un alma medio muerta/ y yo cierro los labios./ La primavera es la primavera./ La respiración es la respiración./ El alma es el alma./ Y yo cierro los labios./ ¿Hasta dónde se dispersa?/ ¿Hasta dónde se filtra?”, escribe.

Literatura atravesada de preguntas, su poesía se mueve entre la luz y la sombra, entre la palabra y el silencio, atenta y sensible al dolor, a la violencia sobre el cuerpo, a la rudeza de los días. “Cuando creía que estaba librando mi batalla más feroz con la vida, el contrincante al que yo sujetaba jadeando no era más que un fantasma. Un fantasma que sudaba gotas gruesas y me dejó moretones en el ojo y la panza”, anota. “Sin embargo, cuando por primera vez pude coger del brazo a la vida, me dio un apretón de manos tan fuerte que me hizo trizas los huesos”, escribe en este libro donde explora también en las resonancias, en el ritmo y la musicalidad del lenguaje.

Un Poco Invisible, de Andrés Kalawski, Muriel Miranda y Hugo Covarrubias (Pozo de Arena)

Felipe y Max son hermanos. A Felipe le gusta estar en su pieza y Max nunca tiene miedo. Pero un día ocurrió algo terrible, de lo que no se puede hablar. Desde entonces, Felipe ha comenzado a volverse invisible. Los niños buscan la manera de revertirlo y encienden la televisión, como si fuera un oráculo. No entienden y no les gusta lo que oyen. Piensan que tal vez tendrán que resignarse: “Ser invisible puede tener sus ventajas”. Un poco invisible se estrenó en teatro en 2013. El texto del dramaturgo Andrés Kalawski fue llevado a escena por Hugo Covarrubias y Muriel Miranda, quienes hicieron un montaje de teatro y stop-motion. La obra fue adaptada ahora como libro álbum por el autor, los directores y los editores de Pozo de Arena. Financiada por del Fondo del Libro, la edición es una publicación bella y elegante de formato amplio, con tapas duras e impresa en papel de alta calidad, donde se despliegan los entrañables fotogramas del stop-motion de la obra.

Apoyado inteligentemente en las imágenes, el texto fue editado y transformado en un guión esencial, que deja abiertos espacios de silencio. De algún modo, texto e imágenes crean un relato sugerente y de una triste belleza. La historia está narrada acertadamente desde el punto de vista de los niños, sin subestimarlos. Max y Felipe no comprenden lo que ocurre, y a su vez los adultos hablan como si no los vieran o fueran incapaces de conectar con lo que siente Max. Solo el Tata los ve a ambos y se atreve a hablar de lo que no se puede y, de se modo, Felipe se hace visible otra vez. Un libro delicado y conmovedor.

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