Bororo, pintor: "Estoy totalmente pasado de moda, lo que pinto es como de los 70 y 80"

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Bororo, en su taller ubicado en Barrio Italia.

Hace cuatro años expuso individualmente por última vez en Galería Artespacio. Ahora, el artista y compañero de generación de Samy Benmayor y Matías Pinto vuelve con Planetaria, muestra que reúne 10 cuadros recientes.


Hace más de 10 años que el pintor Carlos Maturana (64), más conocido como Bororo, vive en su taller ubicado en pleno Barrio Italia. En ese espacio un tanto sombrío y lleno de acrílicos, lápices, libros de arte, telas, pinceles y cuadros de la banda británica The Beatles que decoran las paredes, trabajó y afinó los detalles de las pinturas que forman parte de Planetaria, su nueva exposición que presenta hasta el 29 de septiembre en Galería Artespacio (Alonso de Córdova 2600, piso 1).

La muestra reúne 10 pinturas inéditas de gran formato (140 x 290 cms), que comenzó a trabajar hace tres años. Parte de ese tiempo lo pasó en el norte, donde trabajó las pinturas al aire libre. "Están pintadas mucho con la naturaleza, a la luz del sol, con la manguera del jardín. La manera de pintar mía siempre ha sido un poco así. Más que pintor de pinceles, soy un pintor de buscar alternativas algo extrañas", comenta sobre su nuevo trabajo, que desde un punto de vista geográfico y medioambiental aborda una visión del planeta vinculada a su origen, pero también a su destrucción y las consecuencias provocadas por el ser humano.

Formado en la Universidad de Chile, donde también fue profesor, Bororo se ha caracterizado por su pintura instintiva y gestual, llena de color, trazos gruesos y expresivas manchas. "Yo empecé a pintar por improvisación. Estudié en la academia, pero sentí que nunca fui bueno. No me llamaba la atención ese tipo de arte, aunque lo encuentro interesante, pero yo necesitaba saber cómo este tipo desordenado podía expresarse como pintor. Hartos profes me ayudaron y por suerte pude dedicarme a esto", comenta.

Generación de los 80

En la misma calle donde vive Bororo están ubicados los talleres de sus amigos Samy Benmayor y Matías Pinto, quienes junto a Pablo Domínguez, fallecido en 2008, formaron parte de la llamada Generación de los 80, que agrupó a distintos pintores del neoexpresionismo chileno.

"Eramos un grupo muy unido, muy amigos y de admirarnos unos a otros. Lo que nos reforzaba la amistad también era eso, que respetábamos la pintura del otro", recuerda el artista.

Ser parte de esa generación y haber vivido esa época marcada por el régimen de Pinochet, le dio un impulso en su obra. "Las bases de mi pintura son el humor y la crítica fuerte al lado", dice. Pero a los 20 años, poco y nada le importaba la política, "me gustaba ver películas de Superman", cuenta.

Sin embargo, fue en ese entonces cuando su pintura tomó fuerza desde la manera en que lo afectaba vivir bajo una dictadura. "Para mí la generación de los 80 tuvo mucha importancia porque estaba Pinochet, era una época histórica que yo estaba viviendo a los 20 años, y que era terrible. Fue un golpe tan fuerte, que le dio mucha fuerza a mi pintura. Incluso una vez dije que hasta agradecía a Pinochet por haberme dado la fuerza para saber contra quién gritar. Pinté como fiera, como un compromiso político también, porque todo lo que pasaba no lo encontraba normal, era salvaje", comenta.

Pasado de moda

Aunque se separó hace varios años y vive solo en su taller, Bororo recuerda la dinámica familiar que se daba décadas atrás, cuando vivían en una pequeña casa en Macul, y más tarde en Peñalolén. Su ex esposa, Silvia Castro, también es pintora, y él constantemente tuvo sus talleres en los lugares donde vivían, por lo que el arte siempre estuvo dando vueltas dentro de la familia. Hoy, sus hijas se dedican también al diseño y la pintura.

Ahora esa rutina ha cambiado. A veces se aburre de pintar y ve tele. Otras veces le da flojera cocinar, "pero Samy Benmayor cocina muy bien", dice. Aun así, no dejaría de pintar: "He trabajado en arte, podría ser artista, pero más que nada soy pintor. Nací para esto, me gustan los colores. Si me muestran algo conceptual, yo lo entiendo porque estudié y fui profesor muchos años, pero si yo me encierro aquí la pintura sigue siendo la misma. Jamás trataría de estar más contingente, porque estoy totalmente pasado de moda ahora, hace años", comenta Bororo.

A través de su hija Paloma (1986) se ha acercado al ambiente artístico actual. "Hay muchos jóvenes, entre ellos mi hija. Ella nació en la época de Sailor Moon, de los animé japoneses. Muchos jóvenes de ahora vienen de ahí, es un arte joven. Cuando digo que estoy pasado de moda, no me preocupa, porque sé que hay gente a la que le va a gustar esto, si yo no soy el único que envejece", dice.

¿A qué se refiere cuando dice que está pasado de moda?

Porque lo que yo pinto es como de los 70 y los 80. Era como una reivindicación de los expresionistas alemanes. En los 70 estaban los hippies, los Beatles, el rock, Jimmy Hendrix, son cosas que te marcan. Yo pertenezco a una época que tuvo muchas guerras, mucho grito y denuncia, pero también con mucha paz y amor, aunque ya esos hippies yo creo que son ejecutivos de Penta (bromea). Pero esto lo mantengo por amor, porque amo pintar, y no creas que amanezco y soy feliz pintando. A veces me da lata. El trabajo es tan intenso, y uno cree tanto en esto que también duda, pero a la larga gana. Así que no creo que me aburra.

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