"No se qué decir en un día en que vi cuatro puestas de sol: tres en orbita y una en tierra". Mañana se cumplen 50 años desde que John Glenn se convirtiera en el primer estadounidense en orbitar la Tierra, un viaje que logró igualar la carrera espacial que en esa época protagonizaban las dos grandes superpotencias del espacio: Estados Unidos y la Unión Soviética.
El 20 de febrero de 1962, Glenn logró a bordo de la cápsula Friendship 7 dar tres vueltas a la Tierra, en un tiempo de cuatro horas, 55 minutos y 23 segundos, catapultando a la fama a su piloto y poniendo por primera vez a la Nasa al mismo nivel de los rusos.
Los soviéticos habían mostrado por años una capacidad técnica superior a la hora de ir al espacio. En 1957 lanzaron el primer satélite artificial al espacio, el Sputnik 1, y en 1961 Yuri Gagarin se convirtió en el primer hombre en el espacio y en dar una vuelta a la Tierra, en 108 minutos, dándoles al programa espacial soviético y a Gagarin fama mundial.
Luego del vuelo de Gagarin, los norteamericanos tardaron 23 días en responder: lanzaron al espacio a Alan Shepard, astronauta que hizo un vuelo suborbital, es decir, que no sobrepasó la atmósfera de la Tierra y que duró sólo 15 minutos.
Por eso, el vuelo de Glenn fue un verdadero hito de la Nasa, luego de años de derrotas. "Los soviéticos de la época afirmaban la superioridad técnica sobre Estados Unidos, ya que podían hacer despegues exitosos de cohetes, mientras que los nuestros explotaban con demasiada frecuencia", dijo Glenn al portal Space.com. "Fue algo que sentí en ese momento, así que hubo un esfuerzo grande para volver a la cima de nuevo".
De hecho, tras el vuelo, Glenn se volvió una personalidad en su país y amigo personal de John F. Kennedy.
La misión
El vuelo de Glenn fue la tercera misión del programa Mercurio de la Nasa, que reclutó a los primeros siete astronautas de la agencia y que tenía por objetivo poner a un hombre en el espacio y hacerlo retornar vivo a la Tierra.
A pesar de su hazaña, Glenn se retiró tres años más tarde de la Nasa para entrar a la arena política, como senador de Estados Unidos.
Sin embargo, en 1998 y 36 años después de su histórico vuelo, Glenn volvió al espacio a bordo del transbordador Discovery, para probar los efectos del espacio en la vejez. De hecho, con 77 años, se convirtió en la persona con más edad en órbita, aunque esta vez la Unión Soviética ya había desaparecido y la carrera ya estaba desempatada.