La primera condición que pone amablemente Alfredo Arias antes de dialogar con La Tercera es que la conversación sea en la cancha. "Si hablaremos de fútbol, tiene que ser ahí", explica el entrenador uruguayo, hoy en Emelec y de corto, pero de recordado paso por Santiago Wanderers durante el último semestre. Así, debajo de uno de los arcos de la cancha principal del complejo Samanes, donde entrena el cuadro eléctrico, el charrúa abre la conversación.
¿Cómo ha sido esta etapa en Ecuador?
La experiencia ha sido muy buena. Esto es un constante aprendizaje y la verdad me está gustando mucho.
En Valparaíso, donde debió lidiar con muchos problemas económicos. Acá tiene todo.
La verdad es que este club es espectacular. Gigante que es, en cuanto a infraestructura, jugadores, organización, logística. Tenemos todo lo que necesitamos.
¿Qué tal su paso por Chile?
A uno le cuesta evaluar su trabajo. Digo que esas cosas son para el ego personal. Sí me encariñé mucho. Y hasta ahora sigo a Wanderers, su campaña. Sé que están ahí de quedar punteros. Y eso me pone muy contento.
¿Qué le produjo el llamado a la Selección de Óscar Opazo?
Una alegría inmensa. Es un chico que quiero mucho y que se merece estar ahí. A la postre, todas esas cosas son las que uno debe proyectar en un club. Saber que después de esa campaña, casi todos los titulares crecieron, mejoraron sus carreras, es una satisfacción enorme.
Pocos distinguen eso. El fútbol hoy es resultado...
Si uno se queda con el resultado, si sólo aspira a ganar, se puede dar un golpe bárbaro. Sólo un equipo sale campeón. Y qué pasa con el resto. Por eso creo que lo que hicimos con Wanderers fue muy positivo. Se apostó a un proceso donde había que solidificar las bases y se cumplió. Ellos también nos ayudaron a nosotros.
¿Le sorprendió la decisión de Pizarro de no seguir en el club?
Sí, muchísimo. Creo que hubo situaciones extradeportivas detrás de su decisión. Yo me quedé con el mejor recuerdo de David. Un tipo que entendía todo, no había que remarcarle detalles del juego porque lo tenía incorporado en su ADN. Con él teníamos mucho trabajo adelantado, pero lamentablemente no lo pudimos disfrutar mucho.
¿Con él en plenitud, peleaban el título hasta el final?
Sin duda. En la posición que lo queríamos utilizar, estilo Pirlo, nos daba otra dimensión. Se veía en las prácticas.
Hoy en el puerto está Espinel, que mantiene intacta una identidad del club con la ciudad.
Eso es fundamental. En parte la idiosincrasia de Valparaíso es parecida a la nuestra, a la uruguaya. La manera de vivir la vida y sentir el fútbol es similar. Entonces, nosotros que siempre la tenemos que pelear, nos sentimos muy identificados con el club y su gente. Eduardo siempre tuvo que luchar desde la adversidad en los equipos que dirigió. Yo no lo recomendé, pero sí les dije a los dirigentes que si salían a buscar a alguien, que lo tuvieran muy en cuenta.
¿Cómo ve el partido del jueves entre Ecuador y Chile?
Los dos vienen de malos resultados y las dudas ya asoman. Acá no hay proceso posible. Entonces, se le hace muy difícil a un técnico mantener una regularidad con tan pocos días de trabajo. Y en eso están Quinteros y Pizzi, tratando siempre de corregir sobre la marcha.
Le cambio la pregunta, ¿a quién ve más complicado?
Difícil pregunta. Un mal resultado te condena. Chile está todavía en medio de dos éxitos consecutivos, de los cuales es difícil salir en poco tiempo. Y Ecuador tiene un problema que lo está pagando caro.
¿Qué problema?
Muchos jugadores de la selección son nacidos y con muchos años en el llano. Y también vienen muchos de Europa. Entonces, se les hace complicado llegar y en dos días acostumbrarse a la altura. Cambiar el chip no es fácil. Es cierto que quizás les cuesta menos la adaptación, pero ya no es como antes. O sea, cuando la base eran los jugadores de la Liga de Quito, la selección era casi una prolongación del trabajo en el club. Ahí se marcaba una diferencia muy grande. Pero ahora a Ecuador le cuesta más ganar en Quito.
¿Escuchó el rumor que lo vinculaba a la U tras la salida de Beccacece?
Sí, me llamaron varios allegados por ello. No seré falso ni hipócrita, pero quiero ser claro en decir que no hablé con nadie de la U. Con nadie. La razón es simple: tengo contrato con Emelec, estoy muy a gusto acá. Es más, llegué a un acuerdo con el presidente para extender mi contrato hasta 2019. Y sin cláusula de salida.
¿Le sorprendió la salida de Beccacece?
No me sorprende nada en el fútbol. Todos los días hay técnicos que salen por malos resultados. El punto es que se forzó una situación que no le hizo bien a nadie, menos a Beccacece. Uno tiene que saber cuándo debe irse.
¿No supo o no quiso irse?
Eso no lo sé. Estoy muy lejos. Pero sí tengo claro que los técnicos debemos saber cuándo las cosas no están dadas.
¿Le faltó valentía para irse antes?
Al contrario, fue requetecontra valiente ponerse en la vía pública para que le pegaran, pero no era necesario hacerlo.
Si se iba antes, no terminaba tan expuesto.
Al final, él y los dirigentes forzaron una situación que le hizo mucho daño al muchacho. Me pongo en la piel de Beccacece y no debió ser nada agradable. En todos lados hay fracasos y nadie está libre de eso.