A los 94 años, y desconociéndose aún públicamente la causa, murió ayer, alrededor de las 04.00 horas, el general (r) de Ejército Sergio Arellano Stark, ex líder de la llamada "Caravana de la Muerte".

Tras conocerse la noticia del deceso, en la casa de su hijo, Sergio Arellano Iturriaga, un nieto del ex uniformado se refirió al hecho, sin entregar detalles sobre el sepelio. "Sé que es un personaje público, pero es mi abuelo y pido respeto por el luto", dijo escuetamente.

Arellano Stark fue considerado como la segunda "mano derecha" del también fallecido Augusto Pinochet Ugarte, luego de Manuel Contreras, al menos hasta su retiro voluntario, en 1976. En 1973, la aludida "Caravana" fue una operación que recorrió el país ejecutando a 72 personas recluidas en distintos centros de detención militar. Muchos de estos cuerpos aún no han sido encontrados.

Sin embargo, y pese a sus dos condenas por crímenes contra los DD.HH., el otrora uniformado no estuvo ningún día en prisión preventiva ni en prisión efectiva.

Reacciones

"Lamentamos que un representante de la política del terrorismo de Estado de la dictadura, al igual que Pinochet, haya muerto tranquilamente, sin haber respondido jamás", señaló Alicio Lira, presidente de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos. Lira criticó también la postura "permisiva del gobierno ante el Ejército. Se le permite no entregar la información como corresponde. Se les trata de forma privilegiada, a pesar de que está demostrado que existieron crímenes".

El ministro del Interior, Jorge Burgos, calificó las condenas a Arellano Stark como "un hecho cierto más allá de que el cumplimiento de la condena no haya podido realizarse en la cárcel (...) pero bueno, como todo ser humano, habrá gente más cercana que lo siente, y eso hay que respetarlo".

El ministro de Defensa, José Antonio Gómez, sostuvo que su cartera se ha preocupado de que "se cumplan con los documentos oficiales que existen en la institución, que no existan honores y que los funerales sean solamente privados".

Agregó que "ya no hay nada más que decir ante este tema, sin perjuicio de seguir apoyando el desarrollo de las investigaciones para llegar a la verdad y la justicia". Consultado el Ejército, no hubo comentarios sobre este tema.

Lorena Fries, directora del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), hizo hincapié en el llamado "reloj biológico", al cual se refieren los abogados de DD.HH. "Estarían falleciendo tanto las víctimas como los victimarios, y con ello muere también la posibilidad de información. Por eso, solicitamos que se levante el secreto de los 50 años respecto de la Comisión Valech, para que los tribunales puedan acceder a información relevante en la persecución penal de estos temas".

Valoró, sin embargo, el fallo de la Corte de Apelaciones de Santiago, que obliga al Ejército a entregar información respecto del personal que hubiera podido ser parte de la Dina o la CNI.

La presidenta del PS, Isabel Allende, expresó que "Arellano Stark fue responsable de la muerte de muchos compatriotas. La verdad y reparación son esenciales en el respeto y dignidad que debemos mantener, y el Ejército debe ser parte de esto".

Demencia

Luego de 35 años de ocurridos los crímenes, en octubre de 2008 Arellano Stark fue condenado por la Corte Suprema a seis años de cárcel por el asesinato de cuatro personas, en la localidad de San Javier. Pero nunca se hicieron efectivos, ya que en noviembre de ese año su familia alegó demencia, lo que fue acogido por el juez Víctor Montiglio. Fue internado en la clínica de deficiencias mentales Villa Soleares, en Las Condes. Estando allí, fueron los peritos del Servicio Médico Legal quienes declaron que padecía de Demencia Mixta o Multifactorial tipo Alzheimer y Vascular. El informe sostiene que esta enfermedad neurosiquiátrica "es progresiva, crónica e irreversible, determina enajenación mental, requiere de un tratamiento médico y cuidados perentorios, en régimen de hospitalización o clínicas especializadas".

Desde entonces fue entregado a la tutela de sus familiares directos, hasta el día de su muerte. Pero el juicio continuó, y en diciembre recién pasado fue declarado culpable por la muerte de otras 13 personas en Antofagasta, producto de la misma Caravana de la Muerte, siendo sobreseído nuevamente por la misma razón que en 2008.