Tras cumplir tres años y nueve meses, de los cinco a los que fue condenado, el mayor (R) Patricio Cereceda abandonó anoche el penal de Punta Peuco, en la comuna de Tiltil, tras ser dejado en libertad condicional.

El ex comandante del Regimiento de Los Angeles fue condenado por la Corte Suprema a cinco años y un día de presidio, en enero de 2008, por el cuasidelito de homicidio de 44 conscriptos y un suboficial. Las muertes ocurrieron el 19 de mayo de 2005, en una ladera del volcán Antuco.

Ese día, Cereceda dio la orden de marchar a 200 soldados, pese a que las condiciones del clima eran adversas, por el fuerte viento y la falta de equipos necesarios para la tarea.

Los conscriptos se encontraron con el denominado "viento blanco" y perdieron la orientación por la escasa visibilidad. Esto provocó que no tuvieran contacto con sus compañeros y murieran congelados.

El 26 de octubre, la Tercera Sala de la Corte Suprema resolvió acoger un recurso de protección presentado por el ex uniformado, luego de que el seremi de Justicia, José Ramón Gutiérrez, le revocara el beneficio que le había sido otorgado por la comisión de libertad condicional de la Corte de Apelaciones de Santiago.

Según los jueces, la decisión del gobierno era arbitraria e ilegal, al no estar fundamentada.

Este no era el primer beneficio carcelario que recibía el ex oficial, dado que hace tres meses gozaba de salida dominical.

Durante su presidio en el penal, Cereceda realizó varias actividades, como cursos de confección de paneles solares e impartir clases de inglés a los otros reclusos.

Actualmente, estaba escribiendo un libro, en el que daría a conocer su versión sobre lo ocurrido en la tragedia de Antuco.

Reacciones

Su abogado defensor, Adolfo Rodríguez, señaló que con la libertad se cumple el dictamen de la Corte Suprema, que sostuvo que el actuar del seremi de Justicia era improcedente.

"El (Cereceda) dejó el penal cerca de la medianoche. Según me informaron sus familiares, su domicilio aún es incierto, porque según les explicó, siente una enorme presión social. Incluso, no tenía claro dónde iba a permanecer durante esta semana", indicó el abogado.

La libertad del ex oficial generó molestia entre los familiares de los conscriptos muertos en la tragedia. La vocera de las familias, Angélica Monares, dijo ayer que "si él está cumpliendo los requisitos que le otorga la ley, no me cabe en la cabeza que salga de noche escondido como un delincuente. Esto confirma que las cosas no se hicieron bien", señaló.

Al ex oficial lo esperaba su hermano, quien reside en Los Andes, en las afueras del penal de Punta Peuco.