Endesa España, que controla el grupo Enersis, fichó al ex presidente del gobierno español José María Aznar (entre 1996-2004) como asesor en temas relacionados con América Latina. Según medios españoles, Aznar percibiría un sueldo de unos 200 mil euros al año (US$ 259.000).

El ex presidente ya había entrado al mundo privado, como asesor de News Corporation, el grupo de comunicaciones del magnate Rupert Murdoch y también del fondo de inversión Centaurus.

El caso de Aznar se suma al de otros políticos hispanos que se han sumado al mundo privado. Sólo hace unos días, Felipe González, ex presidente del gobierno entre 1982-1996, anunció que se uniría a Gas Natural. También está el ex vicepresidente del gobierno Rodrigo Rato, actual presidente de Caja Madrid.

Según Juan Carlos Martínez Lázaro, profesor de economía del IE Business School, "hasta hace poco no era muy frecuente, pero lo cierto es que en los últimos años han sido varios los políticos que han saltado a firmas privadas, tras salir del Gobierno o tras quedar 'descolocados' en el partido. Sobre todo del Partido Popular".

Según fuentes del grupo, Aznar viene a asesorar a la alta dirección de Endesa en España sobre tendencias políticas que se dan en América Latina, donde Endesa tiene una gran presencia. Para el grupo la región representa 44% del Ebitda.

Para Martínez, Aznar "será capaz de facilitar contactos, relaciones, abrir puertas…. Trabajará para una firma que opera en un sector muy regulado, en el que las relaciones con las distintas administraciones son claves".

Un buen "matrimonio"

Esta nueva relación entre ex políticos y las firmas privadas, dice José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney, "es más habitual en los países anglosajones. En España ha sido reciente", puesto que quienes ostentan cargos públicos "tienen un periodo de incompatibilidad, creo que de dos años, pero luego no hay problema de compatibilidad".

Según Martínez, la unión entre ex políticos y los privados es beneficiosa para ambos. "Son personas que tienen contactos importantes y un capital relacional. Felipe González dijo hace unos años que los ex presidentes son como enormes jarrones chinos: muy valiosos, pero nadie sabe muy bien dónde colocarlos. Parece que ahora, empiezan a tener colocación".