Es una tendencia que comenzó con timidez y que este año empezó a consolidarse: la conversión de exitosas superproducciones del pasado al formato 3D, para reestrenarlas en los cines. Pero con el arribo de Buscando a Nemo, a la cartelera local, el jueves, la moda se convierte en avalancha. Porque la cinta de Pixar sobre un pez que busca a su pequeño hijo perdido en el océano es la primera en una seguidilla de regresos a la pantalla grande y que sólo da señales de seguir creciendo.

No es para menos. El experimento en 3D de Buscando a Nemo ya sacó credenciales de éxito: logró US$ 40 millones de recaudación sólo en Estados Unidos, agregando a los US$ 920 millones que había acumulado en su primer paso por los cines. Su aterrizaje en las salas locales busca repetir los buenos resultados conseguidos en su país de origen.

Los reestrenos seguirán con otra cinta de Pixar, Monsters, Inc., que tiene fecha para el 24 de enero en Chile. Mientras que el 4 de julio se repetirá el plato El día de la independencia, protagonizada por Will Smith y Bill Pullman. Jurassic Park 3D -cuyo trailer se lanzó oficialmente la semana pasada- lo seguirá poco después, con fecha para el 29 de agosto.

Durante el segundo semestre del próximo año, George Lucas también completará la transformación de sus más recientes entregas de la saga de La Guerra de las galaxias. Así, La guerra de los clones arribará el 19 de septiembre y La venganza de los Sith hará lo propio el 10 de octubre. Además, Lucas ya prometió que también convertirá todas las Indiana Jones a la tecnología.

Costos y beneficios

La razón tras esta tendencia es simple. En momentos en que la industria ve mermados los ingresos por la piratería o fracasos de cintas que se esperaba dominaran las listas de ingresos -como John Carter, Rock of ages y Battleship: Batalla naval-, la conversión a 3D se alza como una manera simple de asegurar altos ingresos con mínima inversión.

Una solución que para los estudios no implica mayor riesgo que el elegir bien dentro de sus propios archivos.

A modo de ejemplo, la conversión de Titanic costó 18 millones de dólares, y en sus primeros 12 días la cinta de James Cameron recaudó más de 200 millones de dólares extra.

Como explicó William Sherak, el director ejecutivo de StereoD, responsables de la transformación de Titanic, a la publicación especializada The Wrap: "En cuanto el apetito por el 3D llegue a más y más medios -los cines, la entretención en el hogar, los iPod o donde sea que se pueda ver contenido-, y ese contenido se haga disponible en la tecnología, hay una fuente de ganancias. Empezarán a ver más y más filmes".