No fue el director el que tuvo la última palabra. Tampoco la primera. En realidad, Michael Curtiz no era muy importante en este conocido capítulo de la historia de Hollywood armado entre guionistas y productores. Su gran mérito era entregar los productos a tiempo y dirigir cualquier cosa con un sello de garantía de profesionalismo. Así lo hizo en 1942, cuando entre Yankee Doodle Dandy y Capitanes de las nubes, dos películas con James Cagney, hizo además una tercera: Casablanca, el clásico con Humphrey Bogart e Ingrid Bergman.
Estrenado hace 70 años, el 26 de noviembre de 1942, el filme fue un tradicional producto de guionistas hábiles (los gemelos Julius y Philip Epstein) y un productor de olfato infalible llamado Hal B. Wallis. El decidió, contra lo que dictaba el sentido común, otorgarle el primer rol de galán en su vida a Humphrey Bogart. Medía cinco centímetros menos que Ingrid Bergman y en las escenas juntos le pusieron cojines para que estuviera a la altura. Wallis también creó la famosa frase que cierra la película: "Louis, este es el comienzo de una hermosa amistad". La decía Bogart y la volverá a repetir desde el 15 de noviembre, cuando la película se exhiba en ocho salas en el país.
Casablanca es la tercera cinta que se reestrena en el 2012 a través de la compañía CDI Films, que antes exhibió El padrino (de la que se celebraron 40 años) y Caracortada, la obra donde Al Pacino es un rey de la droga de origen cubano. La nueva exhibición de Casablanca corre paralela al lanzamiento de una completísima edición Blu-Ray, que contiene 50 minutos de escenas nunca vistas, entrevistas a los hijos de los protagonistas (Stephen Bogart, Pia Lindstrom e Isabella Rossellini), dos documentales, episodios de la serie televisiva Casablanca, que es de 1955 y se inspiró en la película, y un libro de 60 páginas con material gráfico de la filmación. La restauración de esta copia fue a través del proceso 4k, capaz de darle una nitidez al blanco y negro aun superior a la ya ofrecida por el Blu-Ray del 2008.
Las copias que llegan a los cines chilenos son digitales, siguiendo la norma actual, repitiendo el mismo tipo de exhibición de El padrino y Scarface, con sonido Dolby Digital. Ya no hay 35 milímetros, así es que los nostálgicos de la textura original deberán adaptarse a la mecánica perfección de este tipo de imágenes.
Escribiendo en marcha
Filmada durante la Segunda Guerra, la película narra la historia de Rick, un cínico americano que regenta un bar en Casablanca, Marruecos. Hasta ahí llega Ilsa, con quien vivió años felices en Francia en el pasado ("siempre tendremos París"). Ilsa y su esposo Laszlo, héroe de la resistencia checa antinazi, huyen. Ella le pide ayuda a Rick para salir de Marruecos.
A diferencia de Ciudadano Kane, estrenada apenas un años antes, Casablanca se construyó en el camino, sobre la marcha, quitando líneas y agregando otras. Por eso los actores no sabían el final sino precisamente hasta el término de la filmación. ¿Se quedaría Rick con Ilsa o la dejaría ir junto a su heroico esposo? Lo que pasó es conocido: su relación no pudo ser. Bogart quedó con su amigo francés en la losa del aeropuerto y dijo la frase aquella: "Es el comienzo de una gran amistad".
Considerada por el crítico e historiador del cine Leonard Maltin como "la mejor película americana de todos los tiempos", Casablanca también se arrima al segundo lugar de las mejores cintas estadounidenses de acuerdo al AFI (American Film Institute), que primero coloca a Ciudadano Kane. En el universo de los intelectuales, la película de Michael Curtiz cuenta con menos adeptos: Pauline Kael, la célebre crítica de The New Yorker, consideró "que estaba lejos de ser una gran película, pero tenía un indudable romanticismo grueso y atractivo". Quizás quien mejor la define es el crítico y premio Pulitzer Roger Ebert: el comentarista del Chicago Sun Times dice que probablemente no sea un gran filme, pero siempre será el "más querido" por el público.
En Latinoamérica y a propósito del relanzamiento de la cinta en Argentina hace un par de semanas, el escritor Rodrigo Fresán planteaba así el lugar de Casablanca en la historia del cine: "Los ortodoxos dirán Ciudadano Kane, los vitalistas dirán El padrino, pero los sentimentales, sin duda, van a decir Casablanca"
La película fue un éxito moderado de público en su estreno, pero se llevó tres premios Oscar: Mejor Película, Dirección y Guión. A pesar de los críticos que la han visto por sobre el hombro, ha permanecido en el corazón del público durante 70 años.