Los resultados del Simce de Escritura de sexto básico, entregados la semana pasada por el Ministerio de Educación, evidenciaron las dificultades que tienen los alumnos para escribir textos coherentes. Pero además, y según un estudio realizado por la Facultad de Economía de la Universidad del Desarrollo, mostró la brecha socioeconómica que existe en los resultados. Entre los 20 colegios con mejores resultados, solo uno de ellos es municipal y cuatro tienen una composición de alumnos que pertenecen a un nivel socioeconómico bajo o medio bajo.

El investigador a cargo del estudio, Víctor Martínez, explicó que los datos que se utilizaron fueron de la Agencia de Calidad de Educación y que consideró los 5.101 establecimientos cuya información estaba disponible en el sitio web de la institución. "La lectura general es que a los colegios municipales no les está yendo bien en la escritura" y destacó la alta presencia de colegios de regiones en el ranking.

Pero pese al bajo desempeño de los establecimientos públicos, es precisamente un colegio municipal el que lidera el ranking. Se trata de la Escuela Manuel Rodríguez en Teno, ubicada en la precordillera de la Séptima Región, con más de un 90% de sus alumnos con vulnerabilidad socioeconómica.

El director del establecimiento, Víctor Oliva, explicó algunas iniciativas que se reflejan en los resultados. "Tenemos un plan lector, el que consiste en una lectura breve semanal durante los primeros 15 minutos de cada jornada. En ese período se desarrolla lectura comprensiva y vocabulario". Además, añadió que una vez a la semana los alumnos tienen que trabajar en la biblioteca. "Ahí leen libros o se les proyectan cuentos, y luego escriben sobre lo que observaron", dijo. Adicionalmente, a todos los niveles se les entregó cuadernos de caligrafía.

Un sistema similar es el que ha aplicado el Colegio Raíces de Lemuy, que obtuvo el mejor puntaje entre los establecimientos particulares subvencionados. La directora del colegio ubicado en Puqueldón, en la Región de Los Lagos, destaca que al menos un 60% de los alumnos es de vulnerabilidad, y cerca de un 40% tiene necesidades educativas especiales, por lo que usan diversas estrategias para fomentar la escritura. "Tenemos un plan de lectura domiciliaria. Los niños se llevan libros a la casa los fines de semana y traen un resumen de qué se trató su lectura. Los papás ayudan haciéndoles preguntas", dijo.

Otro colegio destacado fue el Deutsche Schule de Chillán. El establecimiento particular pagado obtuvo el segundo lugar entre los top 20. La profesora de lenguaje a cargo del curso que rindió la prueba, Karina López, explicó que el desarrollo de las habilidades de lectura y escritura se realiza desde pequeños. "Esto es el reflejo de un trabajo que lleva mucho tiempo y que tiene que ver con el compromiso que tienen los niños y la motivación de lo que significa para nosotros enseñar. A ellos les gusta ir a clases y tienen mucha disciplina".

Además, opinó que la baja presencia de establecimientos municipales revela "un problema a nivel nacional, que tiene que ver con factores que hacen que uno como profesor se motive a trabajar y que los mismos alumnos tengan realidades que les permitan dedicarse al aprendizaje".

Factor socioeconómico

Para Natalia Avila, académica de didáctica de escritura de la Facultad de Educación de la Universidad Católica, los resultados que demuestra el estudio "no hablan realmente de que los niños de nivel socioeconómico alto escriban bien y los de un nivel bajo escriban mal, sino que demuestra la desigualdad que tenemos en Chile".

En ese sentido, Avila asegura que el origen de los alumnos es determinante. "Tiene que ver con el acceso que tienen los niños a un mayor capital cultural. Los mejores resultados son de niños cuyos padres viajan, que tienen título universitarios, con acceso a libros en la casa, asisten a obras de teatro, etc.".

La académica asegura que para mejorar estos índices es fundamental que los colegios "hagan que los niños escriban. Pero que escriban tareas de verdad. No sólo respuestas o copiar materia del pizarrón. Que los niños tengan más oportunidades de escribir textos con propósito y destinatarios, por ejemplo, una carta o un texto informativo".