Según datos de la Casen 2011, existen casi 9.865 collas en Chile, de los cuales un 80% se concentra en la III Región, distribuidos en 17 comunidades. Los collas son uno de los nueve pueblos originarios reconocidos en Chile, y también el cuarto menos numeroso, después de los kawéskar, yaganes y rapa nui.

Pese a su número, hoy los collas -un pueblo nómade, dedicado a la ganadería- no tienen hablantes de su lengua original, que consiste en un dialecto del quechua, idioma base de la mayoría de los pueblos andinos.

"Un pueblo sin su lengua, es un pueblo condenado a desaparecer como cultura y socialmente. Las oraciones en el idioma original tienen una musicalidad y una riqueza única que no la entrega el español", afirma Oscar González, presidente de la comunidad colla Sinchi Wayra.

Para recuperar este legado, las comunidades collas iniciaron la postulación a los nueve millones 100 mil pesos de fondos, dispuestos por la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi), para financiar siete talleres.

"Su lengua está prácticamente extinta o en vías de extinción, sólo quedan palabras sueltas. Como la base de su lengua es el quechua, la recuperación se hará a partir de esa vía", dice Pablo Painemilla, encargado del programa de recuperación de lenguas de la Corporación.

La idea, afirma, es traer a educadores tradicionales en lengua quechua desde Iquique, y también a hablantes collas desde Argentina, donde también están distribuidos los miembros de este pueblo. Los conocedores de estas lenguas deberán trabajar con grupos de 25 personas para sistematizar el conocimiento que existe, mezclándolo con el quechua.

Martin Chanbe, educador tradicional de la lengua quechua que espera participar como profesor en el proyecto, señala que "parte del taller será recuperar las palabras indígenas que ellos usan, y ver cuáles son quechuas y cuales no".

Según plantean en la Conadi, la pérdida del idioma se habría producido por la migración forzada desde los sectores cordilleranos, donde habitaron por miles de años como nómades, hacia las ciudades de Atacama. Según el antropólogo Andrés Ojeda, "la migración campo ciudad, producto del aislamiento y la falta de sustento, influyó en la pérdida de su lengua".

Gabriel Cardoso, presidente de la comunidad colla de Copiapó, sostiene que "sólo los más antiguos sabían palabras, pero como nadie lo habla, se fue perdiendo".

Agrega que en Copiapó existe un jardín infantil intercultural con 10 niños collas, donde se difunde la cultura y tradiciones, "pero falta obviamente el idioma. Ojalá que con este proyecto podamos recuperar parte de ese legado". Según la Conadi, a nivel nacional se están haciendo esfuerzos para recuperar las lenguas originarias en vías de extinción. "En algunos casos estamos trabajando con los últimos hablantes atacameños y yaganes, y trayendo hablantes de Argentina y Bolivia para que enseñen a los pueblos de acá. Es una prioridad recuperar las lenguas, algo que ya hemos hecho con más de 20 mil indígenas en todo el país", señala el director nacional de Conadi, Jorge Retamal.