Para encontrar hay que saber buscar. Cuando en 2007 el curador español Horacio Fernández y el fotógrafo brasileño Iata Cannabrava decidieron iniciar una investigación sobre los libros de fotografía en Latinoamérica, sabían que no sería fácil. Hace sólo una década que el tema había despertado la curiosidad de los investigadores y aún había mucho por rastrear. La clave fue tener claro qué buscar: sólo serían autores latinoamericanos con libros, desde el Río Grande a la Patagonia, hechos a partir de los años 30, no antes. Por tres años, ellos junto a los fotógrafos Marcelo Brodsky, Martin Parr, Ramón Reverté y Lesley Martin, se pasearon por bibliotecas y ferias, visitaron a coleccionistas y a fotógrafos, hasta seleccionar 155 textos de países como Argentina, México, Brasil, Cuba y Chile.
El resultado fue El fotolibro latinoamericano, volumen que se presentó esta semana en el Festival de Fotografía de Valparaíso, que termina hoy y que estuvo dedicado justamente al archivo fotográfico. "Para mí, el fotolibro es el mejor sistema de presentación y lectura de una foto, y es más: cuando es el propio fotógrafo quien edita el libro, se logra una mejor narración", dice el español, crítico de arte y curador del Museo Reina Sofía.
Así, el volumen incluye fotolibros como Sartre visita a Cuba (1960), con imágenes del filósofo francés y el Che Guevara, tomadas por Alberto Korda; Buenos Aires (1937), donde el fotógrafo Horacio Coppola recoge la arquitectura de la capital; Es Sao Paulo (1954), de Georg Paulus y otros, que refleja cómo la ciudad entra a la modernidad; o El rectángulo en la mano (1963), del chileno Sergio Larraín, que recopila sus series de Valparaíso y la de los niños que viven en el río Mapocho.
"Chile es muy especial. Aquí se hacen libros que mezclan literatura y fotografía. Neruda edita España en el corazón en 1937 y ya usa fotos. Esa colaboración tan rica entre palabra e imagen sucede en Latinoamérica y en Chile, sobre todo con Nicanor Parra o Gonzalo Rojas", dice el español.
El libro, que fue premiado en el último Festival de Arles, uno de los eventos más reputados de fotografía en el mundo, dio paso a una exposición que ya se presentó en París, Madrid y Nueva York, y que a Santiago llegará a fines de 2013, a la Biblioteca Nacional. "Chile tuvo un período riquísimo, con publicaciones extraordinarias. Artistas como Eugenio Dittborn o Francisco Smythe hicieron sus fotolibros. Ahora que estoy en Chile, quiero iniciar una investigación exclusiva sobre el fotolibro local", sostiene.