No es difícil encontrar en las ferias libres que operan a lo largo del país la venta de medicamentos, incluso de aquellos que sólo se administran con receta médica. Se trata, en la mayoría de las ocasiones, de productos que provienen de hurtos a laboratorios y farmacias. Entre 2014 y 2015, de hecho, las notificaciones por robos que recibe el Instituto de Salud Pública (ISP), enviadas de manera voluntaria por las entidades afectadas por ilícitos, crecieron un 20%: de 434 a 521.

"El ISP comenzó a hacerse cargo de las notificaciones de robo en 2013. Nacieron como una necesidad sanitaria, sobre todo de los hurtos de productos que no habían sido liberados al mercado, porque nos daba una posibilidad de poder identificar las unidades que habían sido robadas. Desde entonces nos empezaron a llegar las notificaciones, que han ido en aumento, ya que es una información bastante útil para todos nosotros", explica Maysie Vallejos, jefa de la sección falsificados del subdepartamento de Inspecciones del ISP.

De acuerdo a las cifras entregadas vía Ley de Transparencia, los principales lugares en los que ocurren los atracos son en el transporte de los medicamentos (49%), las droguerías y farmacias (35,5%), a los representantes médicos (8,8%) y en la aduana (3,3%) (ver infografía).

"Para la Policía de Investigaciones (PDI), que actúa en las fiscalizaciones de las ferias libres, estos son datos útiles, porque revisan de inmediato la serie que tienen los medicamentos que decomisan con la que nosotros informamos como robada", señala Vallejos. Y añade que "hay una correlación bastante estrecha de lo que se comercializa en ferias libres y las notificaciones de robos y extravíos".

Analgésicos para dolores de cabeza y molestias musculares, resfríos y otras enfermedades; sicotrópicos, fármacos que actúan en el sistema nervioso central provocando cambios en el humor o estado de ánimo; ansiolíticos para la depresión y otros trastornos mentales, y pastillas para adelgazar están en la lista de lo que más se roba, además de productos cosméticos y de higiene, como jabones, champús, bálsamos y cremas.

Respecto del procedimiento de los robos, Vallejos sostiene que "cuando se hace un despacho, en el camión no va sólo un producto en particular, entonces, se ha visto que también se roban la mercadería completa, así que no es como que se roben un producto en específico".

Peligros para la salud

El riesgo de los hurtos radica principalmente en la arista sanitaria, ya que, por ejemplo, en el caso de los ansiolíticos, la mayoría se vende solo con receta médica, debido a que pueden provocar reacciones adversas en caso de tomarlo de forma libre y sin indicaciones.

Por otra parte, son productos que deben mantenerse en condiciones correctas de almacenamiento, con protocolos específicos. "Estos remedios le hacen mal a la gente, que por ahorrar un poco de dinero los compra, y muchas veces están en mal estado, porque no han sido almacenados según las condiciones del registro. Son medicamentos peligrosos para la salud", afirma Adrián Vega, presidente de la Cámara Nacional de Laboratorios.

Desde Farmacias Cruz Verde concuerdan: "Un producto robado pierde las condiciones básicas de seguridad sanitaria, que son necesarias para garantizar su efectividad y seguridad". Además, añaden que "la gente que adquiere medicamentos de manera informal generalmente se automedica, sin tener claras las dosis e interacciones negativas entre medicamentos, labor del químico farmacéutico en las farmacias establecidas. En ambos casos, los resultados podrían ser fatales".

En la misma línea, José Luis Cárdenas, presidente de la Asociación de Productores Locales de Medicamentos (Prolmed), explica que se habla de "medicamentos con receta retenida o receta cheque, es decir, que tienen un alto riesgo a la salud si se administran de forma inadecuada, lo cual sucede en estos casos".

Asimismo, asegura que, actualmente, el robo y el expendio de estos productos ha aumentado debido a la facilidad que es reducirlos no sólo en ferias, sino que en portales de venta online: "Muchas veces estos se pueden adquirir por redes sociales, como Facebook, que no son las vías tradicionales o legales". Agrega que "se trabaja y se apoya a la PDI y al ISP para tratar de minimizar este fenómeno, que representa un riesgo".

En Cruz Verde, para evitar las situaciones en los locales, se han instalado "sistemas de vigilancia especiales y exhibidores con protecciones para los productos de venta sobre mesón, además de una mayor coordinación con la policía".