Militares y policías se sumaron a las imágenes de muerte que se viven en las calles de Liberia, Sierra Leona, dos de los países más afectados por la epidemia de ébola, que desde febrero afecta a la región y que ya ha dejado casi mil muertos y 1.500 contagiados.
Liberia decretó estado de excepción por 90 días, una medida más estricta que el estado de emergencia decretado hace algunos días y que no logró detener los contagios. En esta condición se permite que algunos derechos civiles sean limitados. En algunas zonas se pidió a la población no salir de sus casas por un mes, se cerraron escuelas y supermercados y los edificios públicos fueron fumigados.
En Monrovia, su capital, personal militar vestido con traje de combate fue desplegado para impedir que la gente saliera de las zonas rurales afectadas por el brote. También ayudan a los equipos sanitarios a identificar, seguir y poner en cuarentena a los sospechosos de infección.
La Presidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf, dijo que la tasa de mortalidad, especialmente entre trabajadores de la salud, era alarmante y que el sistema sanitario "está bajo una inmensa presión". Sólo en Liberia hay más de 500 casos confirmados o sospechosos de ébola .
En Sierra Leona, las fuerzas militares realizan la "Operación Pulpo" para evitar "el movimiento no autorizado de personas infectadas.
¿Suero para todos?
El suero experimental que las autoridades sanitarias dieron a los dos voluntarios estadounidenses en tratamiento en Atlanta también ha levantado discusión.
En Washington, el ministro de Salud de Nigeria, uno de los cuatro países donde ha surgido el ébola, señaló en conferencia de prensa que pidió a los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC) el mismo suero (ZMapp) para su país, pero la agencia le respondió que "no hay dosis disponibles".
Fuentes de los CDC han señalado que al tratarse de un fármaco experimental y al no estar realizándose estudios clínico, no existe stock, y que producir más, tardaría varios meses antes de tener las dosis necesarias.
"Esto muestra que los pacientes blancos y los negros no tienen el mismo valor ante los ojos de la medicina mundial", dijo Nouridine Sow, profesor en el Instituto Universal de Guinea, sobre el suero que fue aplicado a los dos voluntarios de Samaritan's Purse, el médico Kent Brantly y la profesora Nancy Writebol. Ambos se encuentran aislados en el Hospital de la U. de Emory y están mejorando.
El director de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), Tom Frieden, señaló en el Congreso de EE.UU. que la epidemia no tiene precedente, debido a que está ocurriendo en una zona de Africa que nunca antes había tenido ébola. A su juicio, el control descuidado de la infección y las prácticas funerarias explican la situación. De todas formas, está convencido que la epidemia puede ser detenida, pero implicará un gran trabajo.
Para la próxima semana, la Organización Mundial de la Salud (OMS) citó a su Comité de Etica para evaluar la administración entre enfermos algunos de los medicamentos experimentales que se están desarrollando, pero que aún no se han probado clínicamente en humanos.
Misionero español
En la tarde de ayer, el sacerdote Miguel Pajares, voluntario en un hospital de Liberia donde se contagió el virus, llegó a Madrid junto a una monja, que se confirmó no está contagiada. Según el parte médico, el hombre de 75 años permanece en una "situación clínica estable".
Paraguay y El Salvador se sumaron a otras naciones que tomaron precauciones para evitar que un contagiado ingrese al país. Esto incluye medidas de información en puestos fronterizos y cámaras termográficas en aeropuertos.