El 17 de diciembre de 1976 se transformó, sin duda, en una de las fechas más conmemorativas para el tenis nacional. Luego de varios años de lucha, Chile conseguía disputar por primera vez en su historia el título de Copa Davis. Al frente aparecía Italia, que llegaba con uno de sus mejores equipos de todos los tiempos, compuesto por Adriano Panatta y Corrado Barazzutti.
Sin embargo, el contexto político que vivía el país en esa época estuvo a punto de dejar sin efecto aquel duelo, principalmente por la férrea oposición establecida por el Partido Comunista Italiano (PCI), que quería evitar a toda costa la visita de sus jugadores a Santiago, por estar en desacuerdo con la dictadura de Augusto Pinochet. Es por eso que la idea que primó en ese momento fue la de realizar un boicot a la organización internacional y no asistir a la competencia, situación que automáticamente le entregaba el título a los nacionales.
"En ese momento, la corriente italiana de izquierda era muy potente y no quería que viniéramos, para manifestar su protesta contra el gobierno local. Corrimos el riesgo de perder el título", recuerda Nicola Pietrangeli, entonces capitán de los europeos.
Al mismo tiempo, los jugadores italianos manifestaban su deseo de jugar la final, lo que le valió múltiples críticas en su país, especialmente a Panatta, identificado con el Partido Comunista.
Duro desenlace
Finalmente, todo se solucionó sólo un par de días antes del encuentro, luego de la intervención del secretario general del PCI, Enrico Berlinguer, quien convenció a sus pares que la idea de "entregarle" el título a Chile "ayudaría a la unidad nacional", situación que sería aprovechada por los seguidores de Pinochet para "fortalecer su gobierno".
"Fue difícil. Estuve un mes tratando de explicarles que lo político nada tenía que ver con lo deportivo y, a la postre, nos dejaron viajar. La gente nos criticaba, pero hablaban sin saber mucho del tema. Además, ganar un trofeo por secretaría no era lo más adecuado", agrega el ex capitán.
Por su parte, Luis Ayala, el encargado del equipo nacional en esa época, agrega que "todo se desarrolló de manera complicada, pero primó el deporte. No tenía porqué un problema político anteponerse a algo deportivo".
Así, tras un categórico 4-1, los visitantes ganaron por única vez la "Ensaladera de Plata".
Eso sí, Panatta igual aprovechó su estadía en Santiago para realizar una crítica. Y lo hizo vistiendo una camiseta de color rojo. Aquella situación generó la molestia del gobierno local, que envió una carta de protesta a la Federación Italiana y también al gobierno de aquel país.
Tres décadas después, aquel hecho sirvió de inspiración para que el realizador Domenico Calopresti editara el documental "La Maglietta Rossa" (La Camiseta Roja, 2009), donde relata el encuentro chileno-italiano que antecede a la serie que se inicia hoy.