or su intensidad fue bautizado como Godzilla y el actual fenómeno de El Niño no defraudó, es más fuerte que el de 1997, que tenía el récord. De acuerdo a datos de la Administración Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA), en diciembre de 2015, la temperatura del agua en el Pacífico tropical -en una zona denominada Niño 3.4 y que suele ser el punto focal del evento- fue 2,38 °C en promedio sobre lo normal, superando el peak de El Niño de 1997, que llegó a 2,24 °C.

Diciembre es el mes en que el fenómeno normalmente alcanza su peak de temperatura. Y en enero de 2016, por ejemplo, la temperatura superficial del mar (TSM) ya se presentó levemente más baja que los meses anteriores (2,28 °C), "sin embargo, este evento se mantiene en categoría fuerte", dice María Alejandra Bustos, meteoróloga de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC).

Desde ahora la TSM debería seguir declinando y con ello, la intensidad de los impactos de El Niño, aunque eso puede tardar hasta marzo.

A partir de su comportamiento pasado, se espera que el evento termine típicamente en mayo, para pasar rápidamente a un modo neutral o entrar en La Niña, fenómeno contrario que en Chile provoca menos lluvia.

"Probablemente hemos pasado el peak en términos de temperatura en la superficie en el Pacífico tropical. Lo más probable es que El Niño habrá terminado en algún momento entre mayo y junio, sobre la base de los resultados de modelos de pronóstico y la historia de los eventos anteriores", explica a La Tercera, Michael McPhaden, investigador especialista en el fenómeno en la NOAA.

"El consenso de los modelos internacionales predictivos, indican la continuación del evento durante los siguientes meses, empezando su debilitamiento a comienzos del otoño en el Hemisferio Sur, tendiendo a condiciones de neutralidad", agrega Bustos.

Así lo señala el último informe de la NOAA sobre El Niño, liberado el mes pasado, cuyo nuevo análisis sobre cómo se sigue comportando la temperatura en el océano y qué se proyecta para los próximos meses, estará disponible este jueves. Como siempre, todas estas tienen algún grado de incertidumbre que va disminuyendo con el paso de los meses.

El actual Niño Godzilla, en tanto, ha sido sindicado como el culpable de la intensidad de varios fenómenos meteorológicos en el mundo.

Las precipitaciones que impactaron la Costa Oeste de EE.UU. en enero, por ejemplo, fueron atribuidas a su presencia. Como también las inundaciones en Paraguay, Argentina, Uruguay y Brasil, este último que experimentó la peor en 50 años.

En Chile, en tanto, el fenómeno se sintió en la primavera, que resultó ser más lluviosa, pero también tuvo un impacto mucho antes, cuando el calentamiento del trópico aumentaba en marzo del año pasado y una baja segregada pasaba por Chile. En ese momento, el flujo de aire frío en altura se fortaleció, dejando en la Región de Atacama el evento más extremo en cantidad de lluvia ocurrido desde que hay registro instrumental.

RR