Antes de lanzar su precandidatura a alcalde por Talca, en diciembre pasado, Jaime Gazmuri estaba inquieto. En su cabeza aún daba vuelta las sugerencias de sus más cercanos, que le pedían no correr riesgos ni exponerse a una derrota luego del amargo trago que pasó en 2009, al perder la elección senatorial con Andrés Zaldívar y poner fin a sus 20 años consecutivos en la Cámara Alta. "El único que me dio un buen consejo de mis viejos amigos, que en general estaban en contra de mi candidatura, fue el ex Presidente Ricardo Lagos. En una conversación le expresé mis dudas y me dijo: Jaime, te vas a entretener mucho más de alcalde que de senador", cuenta Gazmuri.
El lunes pasado, Lagos llamó al ex senador. "Jaime, lo siento muchísimo", le dijo el ex Presidente, antes de darle ánimo por la derrota que había sufrido el día anterior en las primarias de la Concertación en Talca. El ex intendente radical Alexis Sepúlveda obtuvo el 69% y Gazmuri el 30%, de un total de seis mil 525 personas que votaron. "No te preocupes, estas cosas pasan", planteó Lagos.
Buena parte de la vieja guardia concertacionista ya había llamado a Gazmuri para solidarizar con él. Muchos eran del extinto Mapu, el partido que él dirigió a partir de 1972 y del que continuó al mando siete años después del golpe. Oscar Guillermo Garretón y Enrique Correa estaban en la lista. También recibió llamados de Edmundo Pérez Yoma, Ricardo Núñez y de amigos socialistas.
La derrota fue inesperada. El ingeniero agrónomo, que a los 29 años validaba con el ex Presidente Allende una operación para escindir al Mapu y que en los gobiernos concertacionistas fue uno de los "barones" del PS, no entendía bien lo que sucedió el domingo de las primarias. Por la mañana fue caminando a votar y luego acudió a la casa de una de sus hermanas a almorzar en familia, confiado en un triunfo. A las cinco de la tarde, mientras se trasladaba a su comando, recibió el primer cómputo: el candidato radical le sacaba una amplia ventaja. El ex senador supo de inmediato que había perdido. El resultado shockeó a sus partidarios.
En los últimos cuatro meses había realizado una campaña dura. Gazmuri comenzaba a las 8.30 con reuniones de campaña y concluía a las 11 de la noche con citas con sindicatos o vecinos de la ciudad. Sus planes pasaban por instalarse en Talca. No contemplaba dejar el departamento que mantiene en la ciudad desde que perdió con Zaldívar.
Gazmuri sabía de lo que era una derrota electoral y sus estragos, que supuso readecuar su rutina desde 2010. "Cambia el ritmo, el tipo de vida, las localizaciones. Yo tenía por lo menos cuatro oficinas. Tenía dos casas permanentes, una en Talca y otra en Santiago. Tenía un ritmo muy exigente, copado. Y hubo un cambio fuerte. Tenía mucho personal de apoyo, yo dictaba... Ahora tuve que aprender a usar el computador, en la última campaña aprendí a usar Facebook. En fin. Cambia también la relación con el poder y eso de alguna manera también se resiente. Pensé que lo iba a resentir más, pero lo que más me dolió fue la derrota política, el hecho de no seguir siendo senador. Yo quería seguir siéndolo por un período más", afirma.
Instalado en la biblioteca de un antiguo departamento que adquirió en 2009 en calle Luis Thayer Ojeda, donde se trasladó luego de arrendar durante 20 años en el Parque Forestal, Gazmuri tiene su escritorio repleto de papeles, anotaciones y carpetas de trabajo. Ya es miércoles, ha dormido más de las horas que acostumbra y escucha música clásica, mientras una mujer limpia la cocina y él explica que no quiere dejar la política, pero que no está dispuesto a ir a otra elección en lo inmediato. "Quiero darme un espacio de reflexión, de relativo silencio. Espero construir una vida donde pueda hacer lo que me gusta y lo que considero que es mi vocación, que está vinculada a la política. ¿Cómo se va a desarrollar en los próximos meses y años? No tengo ninguna idea precisa".
El ex senador se para, se sienta y pasea por el lugar. Cuenta que su trayectoria política ha estado marcada por imprevistos, como fue suceder a Rodrigo Ambrosio en la dirección del Mapu tras su muerte en un accidente. También cree que las derrotas políticas siempre enseñan cuando se quiere.
-¿Qué aprendió de la del domingo?
-Estoy muy encima como para sacar una conclusión que sea válida, responde en seco.
En uno de los estantes está a medio abrir el libro Formas de volver a casa, de Alejandro Zambra. El melancólico relato del escritor chileno sobre la generación de niños que crecieron bajo el régimen militar fue un pasatiempo en la campaña. Las reflexiones sobre el presente y el pasado también lo habían llevado a leer Bonsái, del mismo autor.
Gazmuri había intentado reinventarse desde la derrota de 2009. Al año siguiente coordinó un congreso doctrinario del PS, luego comenzó a trabajar en la fundación socialista Felipe Herrera, realizó un seminario en la Universidad de Talca y co-dirige un taller de ciencias políticas en la Universidad de San Martín de Buenos Aires, donde se traslada cada tres meses. En paralelo, forma parte del Consejo Nacional de Televisión y realiza consultorías al Pnud, el BID y Flacso, lo que lo ha llevado a viajar por América Latina.
-El ex primer ministro italiano Giulio Andreotti señaló en una oportunidad que el no tener poder desgasta, ¿Lo comparte?
-No estoy de acuerdo con Andreotti en esa dimensión. Claro, como fenomenología sí, cuando no se tiene poder no se tienen instrumentos para transformar.
-¿Es un vicio la política?
-Las vocaciones fuertes son adictivas. Santa Teresa también era adicta a la dimensión mística de la vida. Creo que me puede pasar, no estoy claro, no podría decir que no soy inmune a que haya una dosis de adicción.
Del poder habla a sus anchas. Ha observado de cerca las manifestaciones de malestar en las calles. Piensa que se debe realizar un cambio radical a la Constitución, cree más en la generación de Camila Vallejo que en las "intermedias" de la Concertación y rechaza el voto voluntario. La idea la masticó en Talca, en terreno: los vecinos mostraban una apatía más marcada a la clase política que en otros años.
En la casona de su extinto comando aún resienten su estrategia de campaña, dirigida más a los ciudadanos que a la "máquina" concertacionista. Creen que ese fue un acierto del ex intendente radical, quien recibió un respaldo disimulado de Andrés Zaldívar, dicen en la zona. Gazmuri quiere dar vuelta la página, pese a que en sus recorridos por la ciudad se entusiasmó con la idea de manejar un gobierno regional.
-¿Cuáles son sus planes inmediatos?
-Mañana (jueves) es mi cumpleaños (68). Voy a la costa con una de mis hijas y mis nietos y voy a descansar este fin de semana. Lo primero que voy a hacer ahora es mirar el mar, leer y jugar con los niños.