El anuncio fue con bombos y platillos, pero cuatro años después terminó en el más estrepitoso fracaso. Así podría resumirse el proceso de paz con la guerrilla que vivió Colombia entre 1998 y 2002, los años del gobierno de Andrés Pastrana. Si bien el próximo diálogo que llevará a cabo la administración de Juan Manuel Santos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) presenta sustantivas diferencias con el de fines de los 90 -esta vez se llevará a cabo en el exterior y no habrá una zona desmilitarizada, entre otras materias-, los analistas colombianos han recordado los errores del pasado en un proceso muy mediático que los rebeldes aprovecharon para fortalecerse.
A mediados de 1998, Pastrana aún no asumía el poder, pero ya había logrado algo histórico: una reunión con jefes históricos de las Farc: Manuel "Tirofijo" Marulanda y Jorge Briceño "Monojojoy". Con ellos acordó despejar cinco municipios e iniciar una negociación en los primeros 90 días de su gobierno. Y así ocurrió. En octubre se anunció la desmilitarización de un área de 42.139 km2 en el sur del país y el 7 de enero de 1999 se dio inicio oficialmente al proceso en la localidad de San Vicente del Caguán.
Pero aquel comienzo tuvo un mal augurio. La silla que debía ser ocupada por "Tirofijo" quedó vacía, pues el líder histórico de las Farc no asistió al encuentro porque consideró que su presencia enviaría el mensaje equivocado de que la paz estaba cerca. Y dos semanas después, las guerrillas congelaron el diálogo por las acciones de los paramilitares. Mientras las negociaciones "avanzaban", las Farc hacían y deshacían en la zona desmilitarizada, para muchos el gran error de Pastrana.
El proceso fue "relanzado" a comienzos de 2000, e incluso Carlos Castaño, líder de los paramilitares, dijo estar dispuesto a participar. Ello, hasta que en septiembre todo se suspendió tras el secuestro guerrillero de un avión que aterrizó en San Vicente del Caguán. Desde entonces, hubo muchas idas y vueltas en las negociaciones, con los líderes guerrilleros paseándose a vista y paciencia en su "capital", mientras que continuaban con el narcotráfico y los secuestros. El proceso fue relanzado en febrero de 2001, previo canje de presos por secuestrados y una prórroga de la zona desmilitarizada.
Pero, a esas alturas, parte importante de los colombianos se transformaron en críticos del proceso, especialmente después de hechos como el asesinato de la ex ministra de Cultura Consuelo Araújo. Ya para comienzos de 2002 la crisis era total. Habían transcurrido tres meses sin mayores movimientos y el presidente reaccionó anunciando que las Farc tenían 48 horas para abandonar la zona de despeje. Poco después, todo terminó.