El Gran Colisionador de Hadrones (LHC en inglés), el acelerador de partículas más poderoso del mundo, reinició ayer sus operaciones tras una renovación que tardó de dos años y medio. Por primera vez desde 2013, las partículas subatómicas volvieron a recorrer el túnel circular de 27 kilómetros ubicado bajo la frontera franco suiza.
El relanzamiento se efectuó con una semana de retraso, debido a una avería eléctrica que ya fue reparada. Sin embargo, será necesario esperar varios meses hasta que lleguen los primeros resultados de esta nueva fase de experimentación y los científicos no prevén que se logren nuevos hallazgos hasta mediados de 2016.
"Es fantástico ver que funciona perfectamente, después de una renovación tan importante que duró mucho tiempo", declaró Rolf Heuer, director general de la Organización Europea para la Investigación Nuclear, conocida como Cern por su sigla francesa. "Estoy encantado, como todo el mundo en Cern y seguro que también lo están todos los colegas en la comunidad internacional de la Física. ¡Enhorabuena! Ahora empieza el trabajo duro", agregó.
Nuevos estudios
Los haces de protones ya lograron viajar en ambas direcciones, dentro de tubos paralelos, casi a la velocidad de la luz. Ahora se espera que las colisiones de partículas, que comenzarán el próximo mes, se realicen con casi el doble de la energía alcanzada por el LHC durante su primera etapa.
En su último período de funcionamiento, de 2010 a 2013, el colisionador descubrió evidencia del Bosón de Higgs, el cual explica el comportamiento de otras partículas. "Funcionar a una energía mayor aumenta el potencial de hacer un descubrimiento... Y eso será genial. Porque cada nueva partícula que descubramos puede abrir la puerta hacia el universo oscuro", explico Heuer el diario El Mundo.
Los investigadores esperan que en esta segunda etapa se logre entender la función del cosmos en la llamada "Nueva física", superando lo que se conoce como Modelo Estándar. Esto significa investigar la "materia oscura" que abarca casi el 96% del universo pero que sólo puede ser detectada por su influencia en la materia visible como galaxias y planetas.
Según BBC Mundo, los ajustes a los que fue sometido el Gran Colisionador de Hadrones incluyeron nuevos imanes, rayos de energía y voltajes más altos y una revisión completa de todo el cableado interno.