Hay esperanza mientras no se diga lo contrario. Somos un equipo de emergencias y siempre se llega hasta el final. Está en nosotros no dar la situación por perdida", recalca Víctor Fernández, secretario general del Cuerpo de Bomberos de Zapallar.
En la comuna esperan noticias del voluntario Juan Cristóbal Rivera, el paramédico que forma parte de la tripulación de la aeroambulancia que desapareció con ocho personas, tras dar la señal de emergencia a las 00.58 horas de la madrugada del pasado jueves, cuando trasladaban desde Punta Arenas a la paciente Esperanza Sáez.
Juan Cristóbal ingresó a las brigadas juveniles de Bomberos y el 26 de octubre de 2001, ya con 18 años cumplidos, se sumó oficialmente a la Primera Compañía de Bomberos de Zapallar. Allí pertenece al equipo de rescate.
Enfrentar emergencias es una pasión para él. Tomás Rivera, su primo, lo conoce desde la infancia. Juntos ingresaron a Bomberos, juntos estudiaron para paramédicos en Viña del Mar y Juan Cristóbal realizó su práctica en el Hospital Dr. Gustavo Fricke. "Es su sueño. La labor que más le gustaba es la urgencia y para eso hizo cursos, aprobó el del Samu, le fascinaba arriesgar la vida por los demás", describe Tomás.
Cristóbal dejó la región cuando decidió enfrentar un nuevo desafío. Llegó a trabajar a la Posta Central de Santiago y, posteriormente, ingresó a los rescates aeromédicos en la Clínica Las Condes, donde ayer realizaron una misa, esperando buenas noticias.
Víctor Fernández, de Bomberos, destaca la labor de aerorrescate que desarrolla Juan Cristóbal. "Como habían aumentado en la zona los accidentes en que nos tocó colaborar, él quería traer un helicóptero, para mostrarnos en qué consistía y para prepararnos para el trabajo conjunto", explica Fernández. Más aún, cuenta que "Juan Cristóbal estuvo coordinando el caso de una joven surfista, que fue trasladada de urgencia tras un accidente, y el de la hija de la periodista". Se refiere al caso de Francisca de Amesti, la joven de 18 años que casi pierde una de sus piernas tras sufrir un profundo corte, al golpearse con la quilla de una tabla de surf, y también a lo ocurrido en el caso de la hija de la periodista Consuelo Saavedra y el ex ministro Andrés Velasco, cuando la pequeña cayó en una piscina. En ambos casos los pacientes lograron sobrevivir.
De varias de sus misiones, Juan Cristóbal solía dejar registro en Facebook, donde publicaba las fotografías de los procedimientos realizados; emergencias por combustible e incendios de buses eran parte de ese registro. Donde también están las fotos familiares, donde comparte con su pareja, Susana Gatica, y su pequeña hija.
Tomás recuerda que la última vez que vio a su primo fue el 4 de febrero de este año. La fecha era el aniversario número 50 del Cuerpo de Bomberos de Zapallar. "El nos contaba que había pedido un día libre para poder ir a desfilar con nosotros", narra.
En la Compañía de Bomberos de Zapallar dicen sentir el apoyo de la comunidad. Han sido visitados y en la calle los alientan para tener fuerza en esta espera de noticias. El comandante del cuerpo también llegó a acompañar a la madre y la pareja de Cristóbal en las dependencias que la empresa Inaer, dueña de la nave siniestrada, tiene en el Grupo 10 de la Fach.
Allí también espera la familia de Paul Moya Manzor, enfermero y bombero de Conchalí, que subió a la aeroambulancia tras realizar un operativo en Copiapó. Así era su labor. El fin de semana había estado en Juan Fernández, realizando otro operativo médico, y el viaje a Punta Arenas resultó ser un aviso de última hora.
En Conchalí, Paul Moya lleva 15 años como voluntario de la segunda compañía de la comuna. Proveniente de una familia de bomberos, tiene experiencia en rescates de emergencia. La familia está esperanzada, alentada también por el apoyo de los voluntarios. El día de la desaparición del avión fueron cerca de 500 los bomberos que llegaron al cuartel de Conchalí para orar por el retorno de su camarada.
"La familia bomberil está consternada", insiste Víctor Fernández desde Zapallar. El fue quien hace cinco años entregó a Juan Cristóbal Rivera la medalla por los cinco años de servicios. Este año, en octubre, está programada la entrega de la medalla de los 10 años. Y siguen esperando el curso de perfeccionamiento prometido. El mismo Juan Cristóbal definió en su Facebook su vocación: "Más que una compañía de Bomberos, una familia".