Ella misma lo reconoce: su llegada a TVN marca un quiebre en su carrera. Ingrid Cruz (36) debuta mañana en las teleseries nocturnas con Reserva de familia -la nueva apuesta del canal estatal- y, con ello, también inaugura su primera producción grabada en la estación, además de su paso a las grandes ligas telenovelescas, después de más de una década en Canal 13, donde le tocó vivir los momentos más tormentosos del área dramática, incluyendo su cierre temporal.

"Mi historia de carrera tiene que ver con hechos personales que me hicieron crecer, no sólo con cómo estaba el área dramática. Y eso me hizo buscar otras cosas, volver a necesitar riesgo, nervio en la guata. Me siento viva y como escuchando por primera vez ahora", dice. Y detalla: "En lo personal, la vida me remeció muy profundamente. Literalmente, crecí. Y al crecer quería otras cosas, decir 'ya, si me quedo acá, en este nidito calentito (Canal 13), puedo pasar la vida así'". Por eso tomó la decisión de emigrar de la estación de Andrónico Luksic, el año pasado, para realizar la teleserie de la hora de almuerzo Esperanza. "Quería tener la fuerza de decir 'juguémosla por otro lado más grande, distinto'. Y TVN me dio esa oportunidad", explica.

Cruz confiesa que su quiebre personal tuvo que ver con la pérdida de un hijo y también con ser madre. "Eso te hace parar y decir: '¿Qué es lo que tengo que hacer para pasarlo bien? ¿Qué es lo que quiero como actriz?'. Antes iba como caballito de batalla. Iba al personaje que me dieran y lo hacía con gusto, no me cuestionaba mucho. Me gusta mucho actuar y me sentía afortunada de tener trabajo". Ahora, en cambio, sus prioridades cambiaron y, dice, quiere personajes con mayor carga, que mantengan su atención.

En Reserva de familia, Cruz interpreta a la única hija de la familia protagónica, regalona de sus hermanos y de su padre, pero con un matrimonio donde su marido (Andrés Velasco) la engaña y se casó con ella por dinero. "Ahora estoy haciendo un papel de persona grande. Ya no hago los roles que hacía en el 13, como de niña", apunta, añadiendo que "estoy más grande, ya doy de mamá, de mujer casada. Son otras las problemáticas, otros los códigos en los que puedo entrar. Me interesa y me agrada tener papeles de mujer grande". Y asegura, incluso, que "no me molesta envejecer en la televisión, me agrada. Uno tiene que asumirlo con dignidad".

Sobre si este es un segundo aire en su carrera, la actriz contesta con humor: "Esperemos que sea el primero (risas). Pero sí, ojalá que haya un segundo tiempo aún mucho mejor".

Los ajustes no sólo fueron filosóficos, sino que también prácticos. Cruz cuenta que al principio se perdía en los pasillos de TVN, por lo grande del edificio, y que ahí Paola Volpato fue la voluntaria para orientarla y datearla de dónde quedaban las cosas. En los primeros días, además, revela que no se atrevía a hacer bromas con el elenco. Ahora, ya lanza los chistes y sus despistes son mucho menos.

La actriz también destaca el tamaño del área dramática de la estación pública y las garantías que da en términos de seguridad laboral y de las posibilidades de realizar distintos proyectos, especialmente luego de haber experimentado el cierre de un departamento de ficción. "Canal 13 era una casita chica. TVN es un palacio gigante. Y te das cuenta de que el área dramática funciona como una empresa. Hay un flujo continuo de camarógrafos y de gente audiovisual. Ellos invierten en esto, en hacer cinco producciones dramáticas al año. O sea, ojalá todos los canales lo hicieran", comenta.

Sin tanto destape

La actriz dice que la principal fortaleza de Reserva de familia, con miras a atraer a la audiencia, está en las actuaciones y en que la trama está más anclada en los personajes. "La historia pasa por las relaciones de familia, de pareja, por la intimidad de la casa. Es mucho más un melodrama nocturno que una serie sólo de suspenso, pasa mucho más por las emociones", opina.

Un tema con el que sí tuvo aprensiones fue con las obligatorias escenas destapadas que incluyen las producciones nocturnas. "Tengo tema con el desnudo. Uno es actriz y tiene que interpretar, pero hay muchas cosas gratuitas, y eso me molestaba: la gratuidad por rating. Cuando una escena lo dispone, cuando uno ve que es necesario, no tengo rollos con hacerlo. Pero tampoco lo voy a hacer de manera tan explícita", reconoce, y asegura que en la producción han respetado los límites que ha establecido. "En general, las producciones pasadas las 10 de la noche abusan, quitan contenido y ponen más sensualidad", critica.

Mientras que sobre la competencia que enfrentará la telenovela, principalmente de parte de Mundos opuestos (Canal 13), apunta que "siento que hay público para todo y que no se puede evaluar con la misma vara a teleseries y realities. Hay audiencias súper distintas", dice, agregando que "estuve muchos años en Canal 13 y participé en algunas cosas de reality, enlaces y cosas que hice, y es otra pega, muy distinta. La gente va a escoger. Y si le atrae la historia, se van a quedar acá; si no, van a seguir en este otro. Pero el trabajo está hecho".