En su libro La hipótesis del cine, Alain Bergala (71) dice que éste fue su "tabla de salvación". La vida de este ex redactor jefe de los legendarios Cahiers du Cinéma ha girado en torno al séptimo arte, sea como espectador, crítico, ensayista, cineasta, editor o docente universitario.

También como asesor gubernamental: el año 2000 se convirtió en consejero del Ministerio de Educación de Francia, encargado de introducir el arte fílmico en las aulas escolares. En este espíritu escribió el mencionado libro, el que a su vez marcó la pauta de su participación en el seminario internacional El Cine en la Escuela, que lo trajo a la Universidad de Chile.

Cuenta Bergala que, además de entusiasmo y salas llenas, advirtió en Santiago "un verdadero deseo de hacer entrar el cine a la escuela" y que quizá estas ganas serán seguidas a nivel gubernamental. Y agrega que no separa las distintas aristas del cine, porque en su propia vida las ha integrado. "He hecho más o menos todo lo que se puede hacer en torno al cine".

El sólo hecho de escribir para la revista Cahiers du Cinéma, ¿supone un modo singular de aproximarse al cine?

Cuando uno entra a los Cahiers, hereda un peso muy grande, que parte por el nombre mismo de la revista. También un pensamiento, un gusto. No es como ser crítico en otro lugar. Uno conoce un poco el pensamiento, la tradición, los usos. Eso pesa. Adicionalmente, toda la vida, el hecho de que uno haya pasado por los Cahiers produce cosas, positivas y negativas.

Los propios Cahiers publicaron La política de los actores, de Luc Moullet. ¿Era una forma de decir que no sólo hay "autores"?

Absolutamente. Cuando uno hace una crítica de cine a la manera "pura y dura" de los Cahiers, repara más en la puesta en escena y otros aspectos en esa línea. Pero si uno comienza a mirar a los actores, asoma algo diferente. Por ejemplo, hay malas películas donde los actores pueden estar muy bien. Y hay buenas películas donde los actores están más o menos. Ahí, el juicio crítico cambia un poco. Ahora, el libro de Moullet es formidable, pero no ha tenido equivalente en los Cahiers, que le tienen un poco de miedo a los actores.

¿Cómo aprecia el futuro para la crítica de cine?

En Francia, como en muchas partes, la prensa escrita está en problemas. También los Cahiers, aunque menos que otros. Normalmente, cuando la gente quiere saber algo de cine, se va a Internet.

¿Y no sería tiempo de que los críticos exploraran otros medios o formatos, por mucho que las ideas se expresen mejor por escrito?

La crítica está en plena mutación. En todos lados. Ahora, si no hay en algún lado un verdadero pensamiento crítico, no habrá rigor, no habrá criterios. El problema es que una revista como los Cahiers no puede tener como su razón de ser la representación de la moral crítica. Lo otro es cómo pueden seguir siendo económicamente viables y ser un medio puramente crítico.

Momento débil

No sólo de cine y educación vino a hablar Bergala. Autoridad en la obra de Jean-Luc Godard, dictó también una conferencia a propósito de los 60 años desde el primer cortometraje de este director/emblema, realizador de cumbres como Vivir su vida y Masculino-Femenino. Mal que mal, fue por 20 años el "puente" entre el realizador y los Cahiers du Cinéma, así como autor, coautor o editor de una serie de obras a él consagradas. Lo conoce como nadie, pero no confunde, eso sí, la admiración con la idolatría.

¿No ve en el caso de Godard, más allá de su lugar privilegiado en la historia del cine, un culto que le celebra todo?

Sí. Y en París en terrible. Cuando se estrenó Adiós al lenguaje (su última película), todo el mundo escribió sobre el regreso del genio del cine, pero nadie expresó una sola idea sobre la película. Es algo muy cansador. Antes, por lo menos, Godard tenía enemigos. Ahora todos lo aman, incluso los que lo odiaban. Ahora resulta que es la autoridad suprema. Y eso no está bien y no le hace bien a Godard, porque a él mismo le gustaría que hablaran realmente de las películas. Pero sólo hablan de él. Y se produce una especie de santificación general que me enerva.

¿Qué le pareció Adiós al lenguaje, que ganó premio en Cannes?

Es una película difícil, aunque todas las películas de Godard lo son cuando se las ve por primera vez. La he visto tres veces, e incluso después de la tercera vez no estoy seguro de haberlo asimilado todo. Pero ya ocurrirá. Ahora, creo que la crítica francesa de la película se ha convertido en una caricatura, porque no es para nada cierto que la película sea fácil o simple.

¿Cómo ve el estado del cine actual en Francia?

En este momento es débil, porque el momento histórico es débil. Hay muchas películas, muchos cineastas, pero no hay uno o dos que hagan pensar en un cine fuerte.

¿Y dónde hay un cine "fuerte"?

En Asia. Es increíble el número de grandes cineastas que han surgido en los últimos 15 años. (El taiwanés) Hou Hsiao-Hsien es un inmenso cineasta. También (el documentalista chino) Wang Bing. Otro cineasta formidable es (el coreano) Hong Sang-soo. Y están pasando cosas en Japón. Los países donde se crean cosas nuevas están en Asia, mientras Europa va a la baja.