"Absolutamente, no pretendía escapar del país y no estaba enterada de la audiencia. Para toda persona que está con hijos, es terrible". Así definió ayer la sicóloga Verónica Espinoza el momento de su detención en el paso Los Libertadores, cuando se disponía cruzar hacia Argentina con su familia un día antes de ser formalizada por estafa y giro doloso.

La idea de escribir un libro sobre su vida junto al empresario educacional Gerardo Rocha se ha transformado en un verdadero dolor de cabeza para la sicóloga. Ella fue la última pareja del empresario educacional quien falleció en mayo de 2008 producto de las quemaduras que sufrió tras participar en el asesinato del martillero Jaime Oliva, motivado por los celos.

Espinoza fue detenida a las dos de la madrugada de ayer, cuando viajaba hacia Mendoza. Al consultar su nombre en el sistema computacional, personal de la PDI constató que existía una "alerta" que exigía avisar inmediatamente al fiscal Matías Herrera cualquier intento de la ex pareja de Rocha por salir del país. Los detectives hablaron con el fiscal, quien solicitó la orden de detención. La razón: su inminente formalización.

El libro

Tras depositar en el tribunal una fianza de $ 6 millones Verónica Espinoza fue dejada en libertad. La audiencia de formalización se adelantó para la tarde de ayer. El caso se inició tras una querella contra Espinoza presentada por la periodista francesa Diane Khavessian y el escritor chileno Esteban Tomasevich. Ambos fueron contratados por Espinoza para escribir el libro.

Los escritores alegan que les entregó un cheque por $ 30 millones como parte del pago por el trabajo, pero luego -dicen- la ex pareja del empresario lo invalidó.

El abogado de Espinoza, José Luis Andrés, aseguró que el cheque fue entregado a Tomasevich "como un favor" para que lo exhibiera en Francia con el fin de demostrar solvencia económica y no como parte de pago por la novela. Según esta versión, ante la sospecha de que el cheque podría ser cobrado, se le dio orden de no pago por extravío.

La sicóloga, quien quedó con arraigo, enfrenta además una demanda por $ 636 millones por perjuicio. En la acción judicial, los periodistas explican que hacían las veces de "ghost writter" (escritores fantasmas) ya que el libro iba a ser firmado por Verónica Espinoza.

Según la demanda, Khavessian y Tomasevich estaban radicados en Francia, pero Espinoza les pidió que trabajaran en Chile. Tomasevich asegura en la demanda que comenzó una relación sentimental con Verónica Espinoza la que habría culminado en agosto. La defensa de la sicóloga rechazó esta versión.

La fiscalía inició una segunda investigación en este caso luego de que Verónica Espinoza acusara a los periodistas de quedarse con fotos familiares, documentos, videos y material para preparar el libro.