El impacto de la crisis internacional en las ventas de las empresas chilenas no ha dejado inmune a quienes financian sus negocios. La industria del factoring, que anualmente mueve más de US$ 16 mil millones en créditos rotativos a más de 15 mil clientes, ha visto caer en un 30% en 12 meses sus negocios en los primeros cuatro meses del año.
Las firmas de factoring bancario funcionan cubriendo el 95% de las facturas emitidas por las empresas hacia sus proveedores, a los cuales les adelantan dicho pago. Luego, son las propias entidades bancarias las que cobran las facturas, emitidas a 60 días.
Alan Lolic (en la foto), presidente de la Asociación Chilena de Factoring, indica que el importe de dichos documentos bajó hasta en 40% en los primeros cuatro meses de año, producto de las menores solicitudes de las empresas a sus proveedores. Sin embargo, la llegada de nuevos clientes permitió compensar, parcialmente, esta caída bajándola a 30%. "Se acercaron firmas que no recurrían normalmente al factoring para solicitar liquidez", afirma.
Entre las empresas que han surgido como nuevos clientes destaca el sector automotriz, fuertemente golpeado por la caída de casi 50% en sus ventas de vehículos nuevos. También han aparecido firmas de mayor tamaño de sectores como el retail y constructoras. Por otro lado, reconoce que han debido "tomar providencias en el caso de algunos sectores más riesgosos como salud, salmones y servicios municipales".
Por ello, Lolic ve esta coyuntura como una oportunidad para los factoring para ampliar su base de clientes. Las perspectivas, además, comienzan a mejorar. El ejecutivo asegura que durante junio crecieron los requerimientos de sus clientes, con alzas en sus facturaciones.