A 30 años de su muerte, ocurrida el 4 de mayo de 1980, miles de personas viajaron desde sus hogares, en las distintas ex repúblicas yugoslavas, para visitar en Belgrado (Serbia) la tumba de Josip Broz "Tito", el hombre que gobernó Yugoslavia por más de tres décadas. Un aniversario que los canales de televisión de Macedonia y de Croacia aprovecharon para mostrar viejas películas sobre el fallecido gobernante como La verdad sobre Tito o La batalla del Neretva, o para producir nuevas series sobre la vida del mariscal.

De hecho en estos años, más de 20 millones de personas han visitado "La Casa de las Flores", ubicada en la exclusiva colina de Dedinje, y donde se sitúa la tumba de Josip Broz. En esa lujosa residencia, Tito vivió hasta su muerte, tras lo cual se transformó en un museo.

Líder de los partisanos antifascistas yugoslavos contra la ocupación nazi, Tito gobernó como dictador comunista de la federación yugoslava desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, hasta su muerte. El fallecimiento del líder causó en 1980 una gran conmoción en toda Yugoslavia. Unas 700.000 personas acudieron a sus exequias, así como 209 delegaciones de 128 países del mundo, incluidos 31 presidentes, 22 primeros ministros y cuatro reyes. Sólo una década después de su deceso, Yugoslavia comenzó a desintegrarse, con cuatro guerras de por medio, y de ella surgieron seis nuevos estados: Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina, Macedonia, Montenegro y Serbia.

Hoy, historiadores, políticos y analistas de la región difieren en sus opiniones, a veces muy antagónicas, sobre el Presidente yugoslavo, pero entre la gente común Tito sigue siendo el símbolo de una vida mejor y más segura.

Según un sondeo de opinión pública realizado en Croacia hace cuatro años, Tito fue la mayor personalidad histórica croata, más estimado aún que el "padre de la Croacia independiente" y primer Presidente croata, Franjo Tudjman, sentimiento que comparten muchos ciudadanos de otras ex repúblicas. En muchos lugares de la ex federación existen asociaciones de yugoslavos, así como otras de nostálgicos de aquella época que llevan el nombre de "Tito".

Este revival del la figura de Tito y de sus años de gobernante han llegado al punto de que en la capital de Macedonia abrió el año pasado un restaurante temático donde se sirven especialidades de esos años y una de las plazas centrales de Zagreb lleva desde hace dos años el nombre de Jozip Broz.