Tiene 32 años, tapa sus ojos con unos lentes oscuros y, si bien al igual que sus antecesores lleva una camiseta alba con un indio al pecho, su hablar fluido y el no venir de una población marginal de la capital lo diferencian de ellos.

Francisco Muñoz Carrasco, o "Pancho Malo", como lo conocen en el tablón de la "Garra Blanca" vive cerca de Plaza Italia y se ha convertido en la cara visible de una de las dos barras bravas del país, que nació a fines de los 80. Hace una semana el líder de la Garra Blanca fue detenido en Las Condes cuando junto a un grupo de colocolinos intentó llegar al estadio San Carlos de Apoquindo, donde el equipo albo se enfrentaría a la Universidad Católica.

Sin embargo, la instrucción de Fuerzas Especiales de Carabineros era una: impedir la circulación de los hinchas para evitar enfrentamientos con sus pares de la UC.

Discriminación y vulneración de derechos fueron parte de las críticas que se escucharon en esos días contra la medida, de las que incluso se hicieron parte los propios vecinos del sector alto de la capital que no dudaban en testimonear ante los medios que se trataba de detenciones injustificadas y que los colocolinos no estaban haciendo daño.

"Critican a los encapuchados, pero cuando las personas van, dan la cara y hacen las cosas como las tienen que hacer son discriminados", reflexiona Francisco Muñoz, quien 24 horas después del incidente llegaba al Palacio de Tribunales presentando un recurso de protección contra la medida, respuesta que terminó por marcar un antes y un después en la historia de violencia y hechos de sangre que han rodeado a la Garra Blanca.

"Hay una evolución significativa y en los procedimientos de ejecución de la barra", dice el garrero.

¿Pero cómo llegó "Pancho Malo" a convertirse en líder de la GB? Según contó Muñoz a La Tercera, comenzó a ir al estadio de Pedreros en 1992. De ahí vinieron años asistiendo al tablón del sector Arica, viajes acompañando al plantel colocolino hasta que, finalmente, en 2003, asumió como parte de los líderes de la barra. Su asunción no sería por votación popular o por algún medio democrático, sino imponiéndose sobre los otros grupos.

"La barra tiene códigos internos, las facciones van validando los liderazgos y en los últimos años se ha acrecentado la figura de la coordinación Garra Blanca, de la que yo soy la cara visible".

Quienes han estado en la GB revelan una historia que en 2006 cubrió las páginas de la prensa roja. Desconocidos habían intentado matar a Juan Carlos Arancibia Bugueño, alias "El Pirata", otro de los líderes de la barra, pero de una fracción distinta a la de Muñoz.

Justamente familiares de Arancibia sindicaron a cercanos del "Pancho Malo" como autores del ataque. El caso llegó a la justicia, pero con el tiempo quedó archivado sin poder aclararse. Esa era la segunda vez que Muñoz se veía implicado en un hecho policial. A principios del 2000 fue procesado por homicidio, pero finalmente fue absuelto.

En 2007, sería Francisco Muñoz la víctima de un intento de asesinato en Providencia, cerca del cuartel de la Brigada de Homicidios de la PDI.

Un detective le salvaría la vida y -en el caso- tres integrantes de la barra colocolina serían detenidos y condenados a ocho años de cárcel por homicidio frustrado. La razón: un intento por derrocar el liderazgo del "Pancho Malo".

Según cuenta Muñoz, "actuaron en venganza, porque querían ocupar la barra para vender droga y por eso los sacamos". Diariamente es común ver a Muñoz llegar al estadio Monumental en un automóvil negro e ingresar a una bodega que facilita el club a la barra para guardar bombos, lienzos y otros accesorios. Garreros también cuentan que, a diferencia del resto, puede estacionar dentro del estadio.

Una de las interrogantes es la forma de financiamiento de la barra. Muñoz asegura que en la barra "cada cual paga lo suyo", pero también reconoce aportes de privados. Muñoz descarta recibir apoyos de la directiva, pero reconoce que sí son escuchados por los dirigentes.

"Si nos molesta algo, lo expresamos, tenemos voz en el club, porque somos el capital humano más importante dentro de la hinchada de Colo Colo", agrega. Y así quedó de manifiesto en 2010 cuando en medio de las elecciones presidenciales del club, Marcelo Barticciotto, candidato en esa ocasión y uno de los ídolos del club, era agredido por integrantes de la barra. Pese a que Muñoz critica la forma en que se reaccionó, insiste en que el ex jugador y entrenador albo "actuó mal con nosotros".

Por ahora, Muñoz sigue a la cabeza de la Coordinadora Garra Blanca. ¿Por cuántos años? No lo sabe, tampoco si volverá a levantarse otra facción de la barra contra él.