"Pagué US$ 3.000 para irme de Egipto. Arriesgué mi vida en un bote a Italia y pasé días en el mar. Llevo un mes en Calais y he tratado 20 veces de subirme a camiones que van hacia Inglaterra, siempre me saca la policía", contó al diario The Guardian, Karim, un egipcio, graduado en ciencias políticas. "No quiero el dinero de los contribuyentes británicos, respeto a Inglaterra y la forma en que (Winston) Churchill manejó una guerra terrible. Sólo quiero una vida decente, pero lo que me mata es esta tierra espantosa en la que tengo que construir una carpa", añadió.
La historia de Karim refleja la situación de miles de migrantes que diariamente intentan llegar a Reino Unido a través del puerto de Calais en Francia. Según la empresa Eurotunnel desde el 1 de enero de este año se han interceptado a más de 37 mil indocumentados que intentaban viajar clandestinamente a la isla. En la madrugada de ayer, por ejemplo, un migrante sudanés murió en un intento por llegar a Inglaterra por el túnel del Canal de la Mancha, mientras que un adolescente egipcio falleció en París tras electrocutarse al intentar saltar a un tren Eurostar. Con la muerte de ambos se eleva a 10 el número de víctimas mortales en sus tentativas por cruzar el túnel desde principios de junio.
El Alto Comisionado para los Refugiados de Naciones Unidas, Philippe Leclerc, dijo a la cadena BBC que la mayoría de las personas provenía de países como Siria, Eritrea, Somalia y Afganistán.
Los analistas advierten que esta crisis no es nueva. Esto porque durante años la localidad francesa de Sangatte fue hogar de los refugiados. Los campamentos fueron cerrados en 2002, después de unos disturbios. Sin embargo, el problema de los inmigrantes se quedó en el lugar, porque los indocumentados siempre se han ubicado cerca del puerto de Calais esperando llegar a Reino Unido. El nuevo campamento, Sangatte II o como se le conoce popularmente, "Nueva Jungla", habría "comenzado a funcionar" en enero de este año.
La situación empeoró luego de que a mediados de junio los trabajadores de los ferry (que cruzan hasta Dover en Inglaterra) comenzaron una huelga de tres días, en contra de unos recortes laborales. Desde entonces han realizado bloqueos en las carreteras, lo que ha motivado a que los inmigrantes intenten cruzar subiendo a los camiones. Así, las imágenes de barricadas y cientos de personas tratando de entrar a los camiones, justo en la temporada alta por las vacaciones de verano ha desatado un debate político en ambos lados del Canal de la Mancha.
Según el diario The Guardian, en el campamento "Nueva Jungla" hay más de una docena de negocios que venden de todo, desde extensiones para el pelo hasta bebidas energéticas. Hay cafés e incluso una carpa grande con un equipo de música, que toca principalmente melodías etíopes, sirve como discoteca. También hay una iglesia etíope ortodoxa, que fue hecha de madera de los pallets (las bases de los containers) y paneles de plástico, dos mezquitas y, hasta hace unas semanas, había un colegio.
El periódico destacó que pese a las señales de ser una comunidad cohesionada, hay peleas entre grupos rivales y hace unas semanas un incendio arrasó con una parte de las carpas. Además, las condiciones de vida para muchos de ellos está provocando problemas de salud para las cerca de tres mil personas que viven en el lugar, según señaló el diario The Telegraph.
Según un voluntario las condiciones son peores que los campos de refugiados de un país en guerra, debido a que no tiene los estándares humanitarios necesarios.
Sin embargo, las autoridades francesas sí le estaría entregando algún tipo de ayuda al campamento. En las últimas semanas han puesto iluminación en las calles, se instalaron unos baños de maderas y un lugar para sacar agua. Un ex hospital de niños funciona ahora como refugio para 100 mujeres y sus hijos donde tienen duchas y reciben una comida caliente al día.