Candace Cameron y Jodie Sweetin no han cambiado demasiado. Con 39 y 34 años, respectivamente, las actrices aún lucen como D.J. y Stephanie Tanner, las dos hermanas mayores de la familia protagónica de Full house. Tal vez por esto mismo, en las últimas dos décadas mucha gente las paró en la calle para saludarlas y preguntarles cuándo volverían a ver nuevas historias de la popular serie, que se transmitió ininterrumpidamente y durante ocho exitosas temporadas (1987-1995) por el canal estadounindense ABC, y que en Chile se vio por la pantalla de Canal 13, bajo el nombre de Tres por tres.
"Durante muchos años nos preguntaron si es que alguna vez haríamos una película de Full house, o un especial de reunión, pero nunca quisimos hacer algo que afectara el legado de la serie original sólo porque sí, queríamos juntarnos para algo que valiera la pena. Así que cuando Jeff Franklin (creador de la serie) nos llamó a todos, uno por uno, para proponernos este nuevo proyecto, creo que todos estábamos muy entusiasmados porque era la manera correcta de volver", cuenta Cameron.
Ese regreso se materializó el pasado viernes 26 de febrero, cuando Netflix liberó los 13 episodios de la primera temporada de Fuller house, un spin-off que conserva buena parte del elenco y del espíritu de la producción original. Y si en Full house la trama se centraba en un viudo (Bob Saget) que se iba a vivir a San Francisco con su mejor amigo (Dave Coulier), su cuñado (John Stamos) y sus tres hijas, en la nueva serie la historia gira en torno a las dos hermanas mayores y a la mejor amiga de D.J., Kimmy Gibbler, quienes 20 años después deciden mudarse juntas a la misma casa familiar para criar a sus respectivos hijos y sobrellevar juntas sus problemas de adultas.
Grabada entre julio y noviembre del año pasado, el regreso al set de Full house fue un viaje cargado de nostalgia para los protagonistas originales de la comedia familiar, incluyendo a los actores adultos, que en esta nueva producción tienen apariciones de orden más secundario. Eso sí, según aclara Sweetin, no fue precisamente un reencuentro postergado. "Con Candace y Andrea hemos seguido siendo amigas, no fue como que nos volviéramos a ver después de 20 años, nos habíamos juntado dos semanas antes", cuenta.
"Nos vemos mucho también con Bob, John y con nuestros hijos, somos como una segunda familia", complementa Cameron. "Además, hubo tanta preparación antes de empezar a grabar que el primer día que llegamos al estudio fue más de pasarlo bien, dijimos 'hagamos esto y divirtámonos'". Algo que se nota en el primer capítulo de la nueva producción: media hora donde realidad y ficción parecen fusionarse, en una muestra del fiato del elenco en el que abundan los guiños al pasado para los fans del show.
Las únicas ausentes de esta reunión son las gemelas Ashley y Mary Kate Olsen, junto con Stamos, las mayores estrellas surgidas del set de Full house, donde interpretaron a la menor del clan Tanner, Michelle. Las hermanas, que hoy viven en Nueva York y se dedican al diseño de moda, declinaron sumarse al proyecto. "Ellas siguieron adelante y está bien. Como familia, uno respeta las decisiones de sus integrantes", comenta Cameron.
Lo de Fuller house no es una jugada aislada para Netflix, que en el último tiempo ha destinado buena parte de sus recursos a revivir proyectos cancelados (Arrested development, The killing) y a pulsar la tecla de la nostalgia reiventando clásicos de la televisión de otras épocas, como con Degrassi: Next class y Gilmore girls. ¿Pero puede un programa familiar de fines de los años 80 funcionar otra vez en el mundo de las redes sociales, los gifs y una televisión de contenidos cada vez más complejos en la ficción? En base a la recepción tuitera y la de la prensa norteamericana, la respuesta es afirmativa, y los críticos, aunque poco benevolentes con Fuller house, han reconocido que la serie es un regalo para los fans y no para ellos.
"Cuando Full house se acabó lo que realmente estaba pegando eran los reality shows. Creo que ahora el público ha vuelto a añorar esos programas de antes, con ideas creativas que podían ver grandes y chicos juntos. Pienso que Netflix está llenando ese vacío", asegura Cameron, hermana menor de otra estrella de la televisión familiar ochentera, Kirk Cameron (Growing pains).
La actriz, de paso, asegura que una de las preocupaciones principales del equipo detrás del proyecto siempre fue mantener el espíritu original de la serie y al mismo tiempo lograr sintonizar con los nuevos tiempos. "Estamos haciendo una serie en 2016, no estamos recreando una serie de los 80, entonces ves a esta generación que ha crecido lidiando con nuevas situaciones, con un elenco liderado por mujeres, aunque conservando ese tono amable que siempre tuvo Full house", explica.
¿Se podría decir entonces que Fuller house es una serie feminista? "Se podría decir que lo es, supongo, porque interpretamos a tres mujeres que se apoyan mutuamente para criar a sus hijos. Además, las tres somos madres en la vida real, sabemos de lo que hablamos", asegura.