A las 10 de la mañana, la parroquia Nuestra Señora de La Victoria estaba repleta. Ningún poblador quiso perderse la misa para despedir a Pierre Dubois, el sacerdote francés que falleció el viernes a los 80 años, y que se convirtió en un emblema de la población durante el régimen militar. Afuera, miles se amontonaban para decirle adiós.

Tampoco estuvieron ausentes sus amigos sacerdotes, como Mariano Puga y Lucas Laliere (de su misma congregación), artistas y dirigentes. Claudina Núñez, alcaldesa de Pedro Aguirre Cerda, fue la única autoridad que apareció en el responso.

Una hora después llegaron desde Francia los hermanos de Dubois. Michel y María Teresa. Más emoción. "Gracias a toda la comunidad de La Victoria por celebrar la entrada al cielo de nuestro hermano, que se volvió chileno", dijo Michel. "Doy las gracias a Dios por cumplir el sueño de Pierre de morir en La Victoria", agregó María Teresa.

Tras la misa se organizó una procesión que pasó primero por la última casa del sacerdote, en el pasaje El Esfuerzo, luego por la que compartió en 1984 con su amigo André Jarlan, sacerdote que fue muerto por una bala perdida en una protesta.

La procesión enfiló hacia la Catedral de Santiago, en un trayecto que duró casi cuatro horas. Allí se reunieron unas dos mil personas, según Carabineros. La misa la ofició el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, y se caracterizó por numerosas consignas sociales, protagonizadas por los pobladores, estudiantes y líderes mapuches.

El sacerdote Alfonso Baeza, amigo de Dubois desde que llegó a Chile, habló en la ceremonia. "Me enseñó a amar y a servir al pueblo y a los obreros. Todo lo que se ha dicho de él es así", señaló.

El Presidente Sebastián Piñera destacó desde Iquique que el sacerdote "dedicó 30 años de su vida a trabajar por los vecinos de la población la Victoria, a hacer más fácil, grata y feliz la vida de aquellos que parten con más dificultades".

Los restos de Dubois serán cremados y regresarán a la parroquia de La Victoria, como fue su voluntad.