La buena relación entre el titular de la Segpres, Cristián Larroulet, y los diputados PRI Pedro Araya y Alejandra Sepúlveda, ha sido el telón de fondo para que La Moneda despliegue gestiones para conocer su postura frente a la acusación constitucional que la oposición alista contra Jacqueline van Rysselberghe.

El lobby del gobierno cobra importancia ya que los votos de ambos son claves en la acción, porque la Concertación no posee, por sí sola, los votos suficientes para aprobar el libelo.

De hecho, el miércoles 2 de marzo, Larroulet y Sepúlveda sostuvieron una extensa reunión en la presidencia de la Cámara. Fuentes que conocieron ese diálogo dicen que uno de los temas que abordó el titular fue conocer la posición que adoptará el PRI frente al libelo. La respuesta fue clara: no tomarán ninguna postura hasta no conocer los argumentos de la acusación.

En el PRI reconocen que una de las alternativas que han manejado es tomar palco en la "pelea" entre la alianza y la Concertación, evaluando hasta la posibilidad de ausentarse cuando ocurra la votación.

Durante el último año, El ministro de la Segpres se ha convertido en el principal puente que los parlamentarios PRI han tenido con el gobierno. Incluso por sobre lo que representa el actual embajador de Chile en Argentina, Adolfo Zaldívar, ex presidente del PRI, con quien los contactos políticos de los diputados son cada vez más escasos.