Compitieron hasta en la muerte. En 1961, hace 50 años, Ernest Hemingway se disparó un escopetazo en la boca tras varios meses de humillantes tratamientos de electroshock que pretendían disminuir su paranoia. Casi 40 años después, el 16 de febrero de 1998, su ex esposa Martha Gellhorn también encontró en el suicidio un escape a las miserias del cáncer y la semiceguera ingiriendo una dosis fatal de píldoras. Hemingway tenía 61 y Gellhorn 89.

Esposos durante cinco años, desde 1940 a 1945, Hemingway y Gellhorn fueron capaces de controlar hasta sus propias muertes y nunca permitieron que el destino se les interpusiera en su aventura vital. La tercera esposa del autor de Adiós a las armas (1929) fue quien más se le pareció en carácter y la que le dio más dolores de cabeza, compitiendo con él en el mismo campo de la corresponsalía de guerra y negándose a ser "una nota a pie de página en la vida de otro".

Integrar su existencia en condición de trofeo de guerra fue el nicho que ocuparon las otras tres esposas de Hemingway. Gellhorn, sin embargo, fue un punto aparte en su vida, ostentando un logro emblemático: fue ella quien, en marzo de 1945, terminó la relación. Hemingway, en cualquier caso, había lanzado la primera piedra al empezar a coquetear en 1944 con Mary Welsh, que luego sería su cuarta esposa.

Elenco que brilla

Coincidiendo con el medio siglo del fallecimiento de Hemingway, la cadena HBO comenzó la filmación de la película Hemingway and Gellhorn. El elenco reúne a bastante de la flor y nata en el Hollywood actual, con Clive Owen en el rol de Ernest Hemingway y Nicole Kidman personificando a Martha Gellhorn. Entre los secundarios hay nombres como el veterano Robert Duvall (El padrino), quien interpreta a un general ruso en la Segunda Guerra Mundial.

La conexión chilena de Hemingway and Gellhorn es el actor Santiago Cabrera, quien encarnará al fotógrafo de guerra Robert Capa. Un dato curioso es que también participa el baterista de Metallica, Lars Ulrich, en el rol del documentalista holandés Joris Ivens. La mayoría de las escenas donde interviene Cabrera es en la Guerra Civil Española (1936-1939), terreno fértil para las hazañas periodísticas de Capa, y, por supuesto, Ernest Hemingway y Martha Gellhorn.

Aunque la pareja de escritores y reporteros se casó en 1940, su relación comenzó en la Navidad de 1936. Un bar de la localidad de Cayo Hueso (Florida) fue el lugar donde se conocieron y al poco tiempo viajaron a Barcelona, desde donde comenzaron a escribir para diversos medios internacionales sobre la contienda hispana.

Inquieta y movediza, Gellhorn se desplazó luego a Alemania, informando sobre la anexión de Checoslovaquia a la república nazi en 1938. Hemingway, en tanto, se tomó un año para escribir Por quién doblan las campanas (1940), novela inspirada por sus experiencias españolas y su relación con Gellhorn. A medida que avanzó la Segunda Guerra Mundial la relación amorosa entre ambos se enfrío y a cambio entraron en una suerte de competencia laboral de características destructivas. Si Hemingway siempre proclamó haber estado en el lugar de los hechos para el día D en 1944, Gellhorn era capaz de moverse con más agilidad y escribir desde Finlandia, Birmania o Hong Kong. Si el escritor permanecía en Londres hospitalizado por una pulmonía, su esposa fue una de las pocas periodistas presentes en la liberación del campo de concentración de Dachau en abril de 1945.

Una de las muestras más evidentes de una relación condenada al fin ocurrió en 1943, mientras Hemingway permanecía en su residencia de Finca Vigía en Cuba y su esposa lo dejaba para cubrir el frente italiano. En una carta, el autor le recriminó lo siguiente: "¿Eres una corresponsal de guerra o mi mujer en la cama?". Gellhorn, evidentemente, lo tenía claro.