"Algo aquí dentro me decía que ese no era mi hijo (…), pero luego volvió la enfermera con la misma guagua y me dijo que ese sí era mi hijo, con un tono fuerte y medio molesta". Con el testimonio de Lucy Soto, una de las progenitoras afectadas, se inició ayer el juicio por las guaguas cambiadas en 2005 en el Hospital de Talca.