Un portón de fierro cerrado recibía ayer a los estudiantes que llegaron a clases en la sede Libertad de la Universidad Arcis. A pocos pasos una puerta alternativa funcionaba como sector de entrada a las instalaciones, donde el paso no era libre, sino custodiado por guardias que exigían que los alumnos, académicos y trabajadores anotaran su nombre y rut en un cuaderno dispuesto por la rectoría.
La Tercera logró entrar a la universidad, donde por orden de la rectora Elissa Neumann estaba prohibido el paso a la prensa. En el patio algunos alumnos comentaban las implicancias del eventual nombramiento de un administrador provisional, otros la falta de profesores y desde otra realidad los alumnos de Derecho comentaban que en su carrera todo ha funcionado normal desde el retorno a clases este lunes.
Las deudas suman $ 1.500 millones, lo que incluye el no pago de los sueldos de trabajadores hace seis meses. A esto se suman los problemas de infraestructura que quedan a la vista al ingresar a las instalaciones.
En el edificio hay salas que están destrozadas, ya sea por el paso del tiempo o como consecuencia de las tomas y paros. Un ejemplo es el cuarto piso donde el techo fue arrancado, según los alumnos, por la fuerza del carro lanza aguas de Carabineros durante un desalojo en septiembre.
Afuera sorpresivamente los guardias impedían el ingreso a uno de los voceros de los estudiantes, Manuel Erazo, pese a estar matriculado en Antropología. "No entiendo por qué impiden el acceso a un alumno de la universidad", comentaba mientras intentaba conseguir autorización para entrar a las instalaciones y participar en la esperada asamblea comprometida por la rectora.
Cerca de las 14.00, Erazo pudo ingresar y en una sala comenzó la reunión en la que participaron unos 50 universitarios, quienes tensos esperaban tener, por primera vez en un año, respuestas de las autoridades del plantel.
La rectora comenzó la reunión diciendo que se referiría a tres puntos: situación económica y administrativa de la universidad, investigación del Ministerio de Educación y el proceso de democratización que se planificó desde la actual administración. Según explicó, tras la negativa de la banca nacional y luego de seis meses de gestiones, obtuvieron un préstamo de una entidad financiera extranjera y confirmó "que asciende a $ 4.500 millones, que es un préstamo no retornable, cuya forma de uso depende de la resolución o de los planes de la propia universidad".
Esos fondos, detalló Neumann, "se van a destinar en primer lugar a saldar la deuda con los trabajadores, posteriormente con los acreedores, y se va a dejar una reserva para proyectar el desarrollo de la universidad en el curso del tiempo y otros fondos se van a orientar a infraestructura".
"Yo no les creo"
Los alumnos escucharon en silencio durante los primeros 30 minutos de asamblea, pero luego comenzaron las críticas hacia la rectora y a las gestiones que han realizado. Romina Riquelme, estudiante de Arte afirmó que "el proyecto Arcis se fue a las 'pailas', porque los profesores que impartían las cátedras críticas se fueron o se están yendo". Y añadió que es una "falta de respeto que digan vamos a salvar un proyecto cuando se ha estado repitiendo desde julio del año pasado 'vamos a pagar en tal fecha' y esta es la décima vez que escucho una posibilidad de pago".
Riquelme enfatizó que "es la primera vez en un año que nos hablan y yo no les creo", e increpando a la rectora afirmó que "la universidad es un caos".
Otra alumna de Sicología enfrentó a las autoridades y les dijo que "yo me estoy endeudando de por vida acá, por recibir educación y ser una profesional...es una falta de respeto que me digan que mande un correo cuando el profesor no llegue a clases".
Deuda de estudiantes
Molestia causó en los alumnos cuando la rectora dijo en la asamblea que si los estudiantes morosos pagaran sus aranceles podrían pagar las deudas: "Si todos los morosos honraran su compromiso a esta universidad le ingresarían dos mil millones de pesos con lo cual podríamos salir absolutamente de la crisis, por lo tanto les pido también a ustedes un compromiso", denunció la rectora.
Neumann sostuvo, además, que "o preservamos la calma y tratamos de ordenar y sacar adelante en forma conjunta esta universidad o la universidad se va a hundir".
En tanto que el presidente del directorio de la Corporación Arcis, Alihuén Antileo, planteó ante los estudiantes que "las implicancias del cierre de esta universidad para los alumnos a nuestro juicio es extremadamente serio y delicado, porque van a egresar eventualmente de una universidad cerrada y por así decirlo desvalorizada". Y subrayó que "por lo tanto la prioridad número uno es que no se cierre y que no se constituya el administrador provisional".
Antileo explicó, a quienes participaron en la reunión, que la próxima semana el plantel responderá a los dos cargos formulados en la investigación preliminar del Mineduc, los que ameritan el nombramiento de un administrador. La idea, dijo, es evitar que la institución sea intervenida.
En caso contrario, advirtió, "puede hacernos abortar el plan de recuperación económica y financiera" del plantel, lo que llevaría al cierre de la U. Arcis.