La FIFA otra vez castigó a Chile. Ayer, desde Zúrich emanó la sanción contra la Federación por los insultos de carácter racista, político y homofóbico que hinchas nacionales profirieron en la última doble fecha eliminatoria, ante Paraguay y Bolivia, respectivamente. Esto obligará al equipo de Pizzi a dejar el Nacional y, nuevamente, ejercer la localía en el Monumental para el duelo ante Venezuela, que se disputará en marzo de 2017. Y otra vez bajo observación.

"Chile cometió otra infracción durante el período de prueba impuesto en mayo", dice el informe. Adicionalmente, se deberá cancelar casi $50 millones en multa. Lo más complejo, en todo caso, es que Chile vuelve a quedar condicional. Ahora arriesga, incluso, tener que jugar sin público o en otro país. El duelo ante Perú asoma como la gran preocupación considerando la rivalidad histórica que existe entre ambas naciones.

¿Por qué Chile? La Federación nacional es la que más castigos ha recibido en el camino a Rusia 2018. A Quilín ya han llegado siete sanciones, superando a México que registra cinco. "Tengo el convencimiento de que los partidos de Chile en suelo nacional son bastante más tranquilos en cuanto a cánticos. No se trata de poner eso como argumento, pero tenemos que entender que es un sector minoritario de los hinchas que no cumplen", dijo Sebastián Moreno, secretario general de la ANFP. Además, agregó: "Lo hemos dicho. Somos el país con más advertencias, más multas y claramente es una realidad que tenemos que trabajar", aseveró.

"No hay fijación"

En la FIFA aducen que no hay persecución. "No es sólo contra Chile. Varias federaciones fueron castigadas en esta oportunidad. Lo de Chile no es primra vez. Es un tema de reincidencia también, pero no hay una fijación con Chile", aclaran desde Suiza.

Y explican el método que se utiliza para evaluar el comportamiento de los hinchadas, tanto locales como visitantes. "La idea general que existe es que el insulto o denostación a un tercero está mal. No es algo que pueda considerarse folclore. Se toman en cuenta las especificidades de cada caso. Por ejemplo, en esta sanción, también se consideró que Chile ha hecho cosas positivas como el video de los jugadores y la campaña de la Tarjeta Verde, pero está la otra parte. Todo lo que vaya en contra del código disciplinario está siendo monitoreado. Todo se pondera. No es que alguien le tenga mala a Chile, sino que se aplica la sanción de acuerdo al reglamento", aseguran. También sostienen que la organización que vigila a los aficionados está especializada en este tipo de procedimientos y que sabe diferenciar entre un comportamiento propio de un fanático y un insulto abierto.

De todas formas, la práctica es relativamente nueva. Harold Mayne Nicholls, ex presidente de la ANFP y ex funcionario FIFA, señala que el mecanismo es reciente: "Antes nunca se ocupó gente encubierta y lo que primaban eran los informes del árbitro y del veedor o un eventual reclamo de un rival. Mientras estuve en FIFA no conocí que gente ajena a la organización desempeñara estas funciones. En algunos partidos, por su nivel de complejidad, se designaba a más de un veedor", dice. "Es beneficioso que se ataquen este tipo de manifestaciones, pero no sé si habrá objetividad en la evaluación. En ningún caso FIFA está siendo generosa. Fui al partido contra Bolivia y los cánticos eran más bien irónicos y sarcásticos, más que racistas o clasistas", cierra.

El veredicto que emitió el ente rector del fútbol mundial detalla la sanción que nuevamente recae sobre el fútbol nacional. "Dado que Chile reincidió durante el período de prueba fijado en mayo de 2016, su selección no podrá disputar en el Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos de Santiago otro partido más que, en esta ocasión, será el clasificatorio para el Mundial contra Venezuela del 28 de marzo de 2017. Además, la federación chilena se enfrenta a una multa de 65 000 CHF por dos expedientes", consigna.

Para el capitán de la Roja (ver recuadro), lejos de la autocrítica, la sanción supone quitarle floclore al fútbol.