Hay una máxima en el fútbol que es imposible de desconocer: no se puede tocar el trofeo de campeón antes de disputar una final, ya que si algún jugador hace esto, su equipo pierde.

Y ayer no fue la excepción: el marcador central de Bayern Munich, el ucraniano Anatoliy Tymoshchuk, tocó la "Orejona" en el ingreso de los equipos a la cancha. ¿Resultado? El elenco alemán terminó cayendo en la definición por penales ante Chelsea.

Pero esta singular leyenda no es la primera vez que ocurre en este tipo de instancias. La última vez que sucedió esto en una final de la Liga de Campeones fue en 2005, en el partido definitorio que disputaron Milan y Liverpool, en Estambul.

Resulta que antes del comienzo del partido, el volante italiano de la escuadra rojinegra, Gennaro Gatusso, tocó la copa. Lo que vino después fue peor, ya que Milan ganaba 3-0 y fue empatado por los ingleses, quienes se llevaron el trofeo mediante definición a penales.

Un año antes, el francés Ludovic Giuly acarició la copa en la final que jugaban su club, Mónaco, ante Porto de José Mourinho.

El resultado final fue 3-0 para los portugueses, donde la maldición fue tal, que el francés saldría lesionado.

Ya está dicho: en las finales, los mitos también juegan.