Las tropas comunistas derrotaban al ejército nacionalista chino. Chiang Kai-shek, líder del gobierno, ordenó seleccionar los mejores tesoros del Museo Palacio Nacional para enviarlos a Taiwán, donde se exiliaría. La colección provenía de la Ciudad Prohibida de Pekín, la residencia imperial. Durante 15 años había viajado por toda China (oculta en bodegas, templos, casas) desde la invasión japonesa, en 1931. Y en 1948, cuando el Ejército Popular arrinconaba a los nacionalistas, volvía a moverse: tres mil cajas fueron embarcadas hacia la antigua isla Formosa.
"Quien posea los tesoros imperiales tiene el poder celeste", dice la tradición china. Chiang Kai-shek perdió la Guerra Civil con Mao, pero se quedó con los tesoros más preciados. En febrero de 1949 los barcos llegaron al puerto de Keelung, al norte de Taipei. Cargaban más de 600 mil objetos, entre pinturas, obras en jade, marfil, porcelanas, bronce, caligrafías y libros.
Temiendo una invasión china, las cajas fueron escondidas en cuevas, hasta 1965, cuando se inaugura el Museo Palacio Nacional de Taipei. Construido en una gran explanada, siguiendo la arquitectura imperial china, el edificio de cuatro niveles alberga hoy 677 mil piezas. Imposible exhibirlas todas: sólo se muestran 15 mil, que rotan continuamente.
Por años fue una suerte de santuario del patrimonio. Renovado en 2007, hoy es una suerte de reflejo del país con más de 12 mil templos y fabricante del 90% de los laptop del mundo: una cruza de tradición y modernidad. Con dos millones y medio de visitas al año, el museo entró a la era digital: complementa sus exhibiciones con pantallas in- teractivas y recursos multimedia.
En 3D
La colección imperial comenzó en el siglo X, con la Dinastía Song (960-1126), y creció durante los períodos Yuan (1279-1368), Ming (1368- 1644) y Qing (1644-1911). Hasta Puyi, el último emperador, desalojado de la Ciudad Prohibida en 1924. Al año siguiente fue fundado el Museo Nacional del Palacio, que se dividió en 1949 por la Guerra Civil.
Según la directora del museo de Taipei, Chou Kung-shin, es la colección má valiosa de arte chino del mundo. El Museo Imperial de Beijing, que conservó el resto de las piezas, tiene un fondo más numeroso, pero los objetos más preciados recalaron en Taipei.
"La mayoría de los cuadros de la colección imperial fue trasladada a Taiwán", decía Alfreda Murck, experta del Museo de Beijing, en 2009, cuando se reunieron por primera vez especialistas de ambos museos. "Eligieron muy bien", decía.
Para dar una idea: en la Ciudad Prohibida había 23 piezas de porcelana Ju, una rara cerámica de la Dinastía Song. Todas están en Taiwán.
La colección es impresionante y su valor, incalculable. En 2003, por ejemplo, un jarrón de la Dinastía Ming (típica porcelana blanca con figuras azules) fue subastado en 5.8 millones de dólares en Nueva York. Dos años después, en Hong Kong , un jarrón de la Dinastía Qing alcanzó US$ 3.8 millones.
El museo de Taipei cuenta con más de 25 mil cerámicas de las diferentes dinastías. Su colección abarca también unas 12 mil piezas de jade, más de cinco mil pinturas, seis mil bronces, 650 esculturas y miles de otros objetos, entre vasos esmaltados, obras de caligrafía, instrumentos religiosos, maderas, tapices, textiles, libros y documentos.
Entre los objetos más populares está el Bote tallado en una pepita de oliva, de 1737, durante la Dinastía Qing. Es un prodigio de técnica: un barquito de 3,4 por 1,6 cm., hecho en una semilla de aceituna, con ocho ocupantes y un poema de 300 caracteres escrito en su base. La Col con insectos de jadeíta es otro de los íconos: un típico repollo oriental alargado, de 18,7 por 9,1 cm, con un saltamontes y una cigarra entre sus hojas. Lo que hace extraordinaria a esta pieza de la dinastía Qing es la perfección y delicadeza de sus formas, considerando que el jade no se puede tallar: se pule con arena abrasiva.
El Pihsiehde jade (animal mitológico) de la Dinastía Han y La almohada de porcelana con forma de niño, del período Song, son otras de las piezas más populares. Todos ellos protagonizan Las aventuras en el Museo Nacional del Palacio, un filme animado en 3D que promueve sus obras de arte.Después de sobrevivir a guerras y traslados, los tesoros imperiales entran a la revolución tecnológica.