Vestido para el escenario, así se va el actor Mario Montilles. Porque el traje que usó la última vez que recibió el aplauso del público en un teatro es el mismo que llevará hoy cuando llegue al mausoleo de actores en el Cementerio General. Mario Montilles falleció la noche del martes. Tenía 92 años. "Fue una muerte bien bonita, se fue apagando de a poco", cuenta su viuda, Yolita Calabrano, y agrega que "el deseo de vivir estaba ahí, siempre lo tuvo". Un deseo que para él estaba irremediablemente unido a la actuación.

"Yo nací para esto. Cuando actúo el mundo desaparece y se me olvidan todos los problemas", dijo el actor en su última entrevista, que dio a Revista Paula en enero de 2010, cuando estrenaba la que sería su obra final. Los que van quedando en el camino fue un éxito, pero el director Guillermo Calderón cuenta que el que se robaba la película era Montilles. "Era conmovedor. El teatro se venía abajo en su parte. Toda la gente que se me acercaba quería hablar de él. Era un trabajo muy digno. Había muchas partes en que los actores le decían los textos al oído y él los repetía. Una actuación muy difícil, pero él, realmente sin ningún miedo de mostrarse vulnerable como actor, imponía su mística y su encanto". Este fue su último trabajo teatral, pero no el último como actor.

Tras un verano agitado filmando pequeños papeles, en marzo o abril de este año grabó un comercial para Fundación Las Rosas. Sería el punto final de una larga carrera profesional. Según los cálculos de su viuda, Montilles estuvo en más de 150 obras, casi una veintena de filmes como Días de Campo y Cachimba, además de participar en radioteatros como Adiós al séptimo de línea, series como Juani en sociedad y Martín Rivas y teleseries como Estúpido cupido y Aquelarre.

Donde Montilles no estuvo, es en su carné de identidad, porque nació con el nombre de Mario Hermógenes Carvacho Rojas, un 23 de noviembre de 1919. Al teatro llegó tras darse una vuelta de dos años por la Escuela de Derecho y trabajar otro tanto como periodista. Desde 1949 hasta 1998 formó parte del Teatro de Ensayo UC y el Teatro UC. Ahí tuvo recordados papeles en Martín Rivas (1954), Deja que los perros ladren (1959), La pérgola de las flores (1962), Mucho ruido y pocas nueces (1963) y el Tony chico (1965), entre muchas, muchas otras obras.

Sus compañeros de trabajo lo recuerdan como un actor humilde, buen compañero, muy disciplinado y profesional, destacando que sus interpretaciones siempre tuvieron un gran nivel. Disciplina, profesionalismo y calidad humana que reafirma Nicolás Acuña, quien lo dirigió hace dos años en Bahía azul, filme que se estrenará el segundo semestre. El cineasta cuenta que "todos estábamos sorprendidos y admirados por la capacidad actoral que tenía, tan lúcido y tan profesional".

Su funeral se realizará hoy en el Cementerio General, comenzando a las 12.00 hrs. con una misa en la capilla del lugar. Entrada por Av. La Paz.