Las ansias de aparecer en televisión. Es el factor principal en que todos los ejecutivos de la televisión coinciden, a la hora de describir los motivos por los que las personas llegan a los casting de los programas buscatalentos nacionales. "Todos quieren salir en la tele, algunos se presentan con talento y otros no", dice Rodrigo García, productor ejecutivo de Mi nombre es, de Canal 13, que entre su primera y segunda temporada (que se estrenará durante el segundo semestre) acumula seis mil postulantes. Una cifra que aumentará, ya que el espacio aún se encuentra en proceso de selección.

En total, son más de 40 mil personas que, por diversas razones, se han presentado a las diferentes audiciones que desde el año pasado se han hecho de Mi nombre es (Canal 13) , Yo soy (Mega), Talento chileno (CHV), Factor X (TVN) y Súper estrellas (CHV).

Detrás de todo el trabajo que se ve en pantalla hay equipos que se dedican durante meses a buscar a los participantes, primero con los llamados "casting dirigidos", donde es la producción la que se acerca a los potenciales concursantes. "En la búsqueda también tiene que haber talento", asegura Juan Pablo González, productor ejecutivo de Talento chileno y Súper estrellas, quien explica que "en los casting masivos, en general, uno se encuentra con un grupo mediano de gente. Para los sobresalientes son búsquedas más guiadas".

Eduardo Tironi, director de Endemol Chile, la productora a cargo de Yo soy, cuenta que su equipo (compuesto por 22 personas) hizo un "barrido" por siete ciudades del país; allí se visitan karaokes, pubs, escuelas de música y hasta grupo folclóricos.

Luego, y para todos los programas, viene el casting masivo, que se realiza en varias ciudades y donde concurre la gente que se inscribió por internet. Allí se produce el primer filtro, supervisado por el equipo de producción. De cada uno de los seleccionados se graba un video, que es revisado después por productores musicales, el director del programa y parte del equipo realizador; ahí se define quién se presentará finalmente frente al jurado.

Las motivaciones

El solo hecho de aparecer en televisión asegura un negocio rentable para quienes buscan hacerse conocidos. "La mayoría de nuestros 12 finalistas de la primera temporada, dejaron sus trabajos y se dedican a las imitaciones", cuenta Tironi, que para los dos ciclos de Yo soy (el segundo actualmente en pantalla) ha convocado a más de 11 mil participantes. Una cifra sólo superada por los 16 mil que acumula Talento chileno.

Marcelo Bahamondes, el doble de Camilo Sesto ganador de Mi nombre es, reafirma la idea de que el espacio televisivo puede transformar sus vidas: "A mí me cambió para bien, antes trabajaba como junior y lo de imitador lo dejaba para el fin de semana. Ahora me dedico sólo a esto, haciendo presentaciones y eventos para empresas". Junto con esto, Bahamondes apoyó al equipo realizador en la motivación de los participantes del segundo ciclo, viajó a los casting realizados en Puerto Montt e Iquique y pudo ver a otros dobles locales del intérprete de Fresa salvaje.

Otro que logró encontrar un nicho en el mundo artístico gracias a estos estelares es Claudio Valdés, más conocido como "El gitano" quien a pesar de que no ganó el primer ciclo de Talento chileno, fichó en Yingo y grabó un disco titulado Por ustedes, el más vendido en Feria Mix según datos entregados por la disquera, superando a artistas como Los Vásquez y Natalino.

"El gitano", junto a Camila Silva (quien ganó la competencia), serán potenciados por CHV durante las galas que comenzarán a emitirse esta semana. "También nos comprometemos como equipo, hacemos un apoyo por detrás que no es televisado. Tratamos de conseguirles becas y darle pantalla a su trabajo", dice Juan Pablo González.

Para la industria, ellos son éxitos asegurados. "Estos programas recuperan la facultad de sorprender al telespectador, se alejan del contenido farándulero y de polémica y se acercan a las historias de esfuerzo y superación que la gente quiere ver", asegura González.