Aunque es una de las recientes contrataciones de Chilevisión y es la más joven del elenco, Mayte Rodríguez (22) se ha convertido en la figura principal de la teleserie nocturna Infiltradas y en uno de los rostros con mayor proyección en el área dramática de la señal. Hija de la actriz Carolina Arregui y del director de telenovelas Oscar Rodríguez, la joven interpreta a la perito dibujante Consuelo Guerrero, la integrante más carismática y novata del escuadrón de detectives femeninas que protagonizan la historia que debutó a principios de año. Un rol que le ha permitido un rápido ascenso en su carrera, aunque sus antecedentes y sus cercanos recalcan que fue algo casi impensado.
"Nunca fue muy histriónica", define Oscar Rodríguez, director de La Madrastra y Ángel Malo, en torno a su hija, y explica que siempre le sorprendió su interés por transformarse en actriz. Pese a eso, desde pequeña tuvo a la televisión en la mira: debutó frente a las cámaras a los 12 años, en el espacio Música Libre, de Canal 13, para luego saltar a la serie BKN, de Mega. A partir de ahí, optó por alejarse de la pantalla, pese a que algunas compañeras en el programa musical, como Maura Rivera, continuaron en sucesos de audiencia como Rojo y en instancias más ligadas a la farándula.
Tras salir de cuarto medio, optó por la actuación. "Mi mamá estaba feliz, pero para mi padre fue más complicado. Nunca estuvo muy de acuerdo. El hubiera preferido que yo trabajara como abogado. Aun así, cuando vio que yo quería estudiar teatro, me avaló en los estudios", relata Rodríguez.
Con esa actitud, comenzó a estudiar en el Duoc, hasta que, en el segundo año de su carrera, llegó el giro profesional: en 2009, Sebastián Freund, en ese entonces productor del área dramática de Canal 13, la invitó a integrar Feroz, teleserie que marcaría su debut en estas producciones. La propuesta la tomó por sorpresa, ya que, luego de un accidente en moto que le dejó una lesión en la rodilla, debió congelar sus estudios y su plan era trabajar como mesera y juntar dinero para las vacaciones.
"No estaba buscando pega en teleseries, sólo tenía ganas de retomar mis estudios al año siguiente. Al final salió esto y le dije que sí. Antes tuve otras oportunidades, pero no las tomé, porque quería entrar a estudiar primero", describe la actriz en torno a su papel en la historia de hombres lobo, donde encarnó a la joven Lorena Salazar. Freud agrega: "Hicimos varios casting con ella y entendió la dificultad del personaje y la responsabilidad del trabajo. Además, ella fue a estas postulaciones como cualquier otro actor y nunca existió un vínculo con su relación familiar. Nunca habló conmigo su papá ni su mamá. De hecho, ella exigió que ese trato no existiera".
Bajo sus términos
Un año después fue contactada por el director Patricio González y la guionista Coca Gómez para la nueva apuesta nocturna de CHV. Y ahí -luego de su experiencia en Feroz y con la oferta de tomar un rol protagónico y de mayor complejidad-, aceptó fichar por Infiltradas, con el personaje de Consuelo Guerrero armado a su medida.
"Le ha tocado acostumbrarse a los ritmos de trabajo que son bien arduos, de hasta 12 horas de grabación. Le costó en un comienzo, llegar temprano era muy rudo para ella, pero ha evolucionado muy bien", explica González. Además, el director desliza el estilo de Rodríguez: metódica en su trabajo, le gusta desligarse de las etiquetas y recalca que quiere ser conocida por sus propios méritos.
También ha logrado establecer exigencias: en las negociaciones con CHV dejó claro que no haría desnudos, pese al sugerente perfil que explota la trama de Infiltradas. La actriz argumenta: "Hoy pienso que ese tema no va conmigo. Mañana, si me proponen algo artístico que realmente valga la pena, lo voy a hacer. Tengo mis pudores, pero vergüenza no. Me parece que para partir no está bien, quizás con más trayectoria, con una base más firme, porque de otra forma, se malinterpreta".
Una actitud similar manifiesta ante la opción de llegar a escenarios que escapan a las producciones dramáticas, como una posible candidatura a reina para el próximo Festival de Viña, precisamente organizado por CHV. Una posibilidad promovida hasta por su propia madre, Carolina Arregui, quien obtuvo la corona en la última edición de la cita musical. Según puntualiza Oscar Rodríguez, la idea es que no sea devorada por los efectos colaterales de la sobreexposición.
Incluso intenta aconsejarla: "Hablamos muy poco de lo laboral, pero sí respecto a lo que tiene que enfrentar en torno a su aparición en las teleseries: la continua exposición en los medios. Ella se ríe de lo de Viña, porque piensa que es muy pronto para esas cosas", cuenta el director.