Cuando pienso en mi infancia, lo primero que recuerdo es la calle donde vivía. Un callejón de un pasaje cerrado que se llamaba Blancanieves. Nosotros éramos seis hermanos y decíamos que éramos los seis enanitos. Yo era la cuarta de los hermanos. Nunca tuve pieza sola, siempre dormí con dos hermanas más.

Cuando niña quería ser dueña de la embotelladora Fanta, para poder tomar esa bebida por siempre.

Fui bien enfermiza, estuve seis meses en cama, de los cuales pasé cuatro en posición horizontal. De chica pasaba enferma. Ahora me carga estar en cama, me despierto y salto altiro.

Practico ashtanga yoga hace muchos años con la Loreto Cortés, una ex actriz. Voy a su centro cinco veces a la semana, dos horas al día. Trato de ir a las 8 de la mañana o a la una. Si hago tarde, me cuesta dormir.

El Oso de Plata no se parece a ningún otro galardón que haya recibido en mi vida. Realmente, hasta aquí los premios no eran nada significativo en mi vida, salvo poder cobrar un poco más de lo que había cobrado la vez anterior, y el prestigio. Con este premio (por su protagónico en la película Gloria), mi vida cambió así ¡paf! Antes era bastante piola, ahora salgo y hay alguien tomándome una foto en un restorán, en un carrete, en la calle. Todo se ha vuelto una exposición constante.

Cuando recibí el premio me acosté a las 5.30 y desperté a las 9.30, un poco dada vuelta. Me fui al aeropuerto, porque mi familia estaba en Italia. Cuando pasé la maleta por los rayos X todo aparecía de colores, pero el Oso estaba negro. Entonces me dijeron: "Abra su maleta, usted tiene algo". Estaba tan dada vueltas, que no atiné a hablar en inglés, traté de concentrarme y dije: "I´m an actress... The Berlinale, the Festival, the film Gloria...". Se acercaron cuatro pacos alemanes, abro la maletita, saco el Oso... y guaaa, todos se pusieron a aplaudir. Los pasajeros decían: "The bear, the bear, let me see". Yo lo levanté y giré en círculo.

Aprendí inglés en el colegio. Diré que mi inglés, más que británico, es de monja, correctito.

Me escandaliza el sistema de producción de las teleseries, creo en el estudio y en el trabajo sobre la base de una introducción, observación, retrospección, dándose un tiempo para buscar las herramientas y forjar un material mejor que el que hiciste antes. Para eso necesitas tiempo, y hay sistemas de producción que no te permiten pasar por esas etapas, y no lo necesitan, entonces yo no tengo nada que hacer ahí.

A unos días de que Gloria se estrene en Chile tengo más temores que expectativas. Me da miedo que digan: "¿Cómo, y por esto le dieron el Oso de Plata?".

En Gloria el sexo es más concreto que en otras películas. Más sincero: es el sexo de una mujer grande. Ella se niega a decir "ya fue la primavera, vamos por el otoño". Ella quiere generarse otra primavera, que al principio es medio adolescente, y de repente se pega el salto que es adulta y toma decisiones de adulta, con todas las contradicciones y vacíos que generan esas situaciones.

Los fines de semana me gusta irme a Tunquén.

De los candidatos presidenciales... no puedo decir nada de la derecha, porque no soy de derecha. Y del lado de acá, creo que estamos un poco entre la espada y la pared.

Frente a ese cuadro, Bachelet es la candidata que vamos a tener y jugárnosla, porque ya fui lo suficientemente disciplinada como para votar por Frei, sabiendo que era una opción perdida.

Mi marido es un muy buen esquiador y yo aprendí a esquiar con él. Trato de esquiar todo lo que el teatro me permite, porque me he lesionado y me da un poco de angustia cuando estoy trabajando: se para una filmación, los ensayos, dejas una cagada muy grande.

Me gustaría poder irme de gira con una obra como la que estoy dirigiendo ahora. Cerca de Moscú, es una obra chejoviana que pensamos para espacios patrimoniales, usamos estos espacios como casas.

Me hubiese gustado vivir a principios de 1900 en Rusia, porque he leído a muchos autores que muestran que fue algo interesante. Allí se produjo algo que cambió el mundo y me habría encantado ser espectador de algo así, aunque soy consciente de la crueldad con la que se generó ese cambio.

De los barrios me gustan Ñuñoa, Providencia hacia Suárez Mujica, Bustamante y Marín.

Trabajo mucho en la casa, en el computador, dando entrevistas, leyendo documentos o corrigiendo pruebas. La actividad doméstica que más disfruto es ordenar, soy buena para botar huevadas, y me odian por eso.

Estoy obsesionada con el jardín, entro con tijeras, boto plantas que están malas. Me gusta ir a los viveros cuando tengo tiempo, lo que no pasa hace como un año. Mi flor favorita es la rosa: cuando estreno, mi marido me regala rosas. Una vez me regaló otras que eran súper lindas, pero nada que ver.

Colecciono salamandras. Tengo de fierro, de piedra, metal, de colores, pegadas en las paredes. Siempre ando buscando, traigo cuando viajo, es que mi marido es de apellido Salamanca y de ahí viene la idea.

Somos una familia cocinera, a mí me gusta cocinar mucho y mi marido cocina extraordinario. Cocino muy bien el risotto y los pescados.

Me gusta mucho el jazz, la Nina Simone. Soy muy ecléctica, puedo escuchar también música clásica, mucha música italiana contemporánea y poco folclore.

Una película que veo siempre es Una mujer bajo influencia, dirigida por John Cassevetes. La veo cada vez que puedo, la pesco, la busco para no olvidarme que uno lo puede hacer bien, veo a la Gena Rowlands. Podría ver cualquier película de ella.

No tengo una relación con la religión. Después de la muerte, creo que viene el silencio.S