Brandy con leche, casi una botella. Eso fue lo que tomó Peter O'Toole antes de rodar la escena más aterradora de su vida: liderar una batalla en el desierto arriba de un camello. Omar Sharif le propuso atarse al animal, O'Toole prefirió el alcohol Fue en 1960 o 1961, cuando el irlandés era un reputado actor en el teatro británico y estaba por convertirse en una estrella mundial protagonizando la épica cinta Lawrence de Arabia.

El papel del controvertido coronel británico de la I Guerra Mundial T. E. Lawrence iba a ser para Marlon Brandon, pero el actor estadounidense no quiso pasar dos años rodando en el desierto africano montado sobre un camello. O'Toole aceptó: durante 14 meses vivió entre Jordania y Marruecos, casi como un beduino verdadero, sufriendo sobre un camello y escapando de vez en cuando con Sharif a perder todo lo que tenían en apuestas en Casablanca o Beirut. Con la dirección de quien consideraría su maestro, David Lean, O'Toole pasó a la historia.

Tenía 31 años cuando dio vida a T.E. Lawrence y sus ojos azules brillaron como nunca. Luego protagonizaría clásicos como Becket, La noche de los generales, El león en invierno, Qué tal, Pussycat (escrita por un joven Woody Allen), Adiós, Mr. Chips, etc., incluso actuaría bajo la dirección de Alejandro Jodorowsky (El ladrón del arcoíris), convirtiéndose en una leyenda del cine británico. Cincuenta años después de su gran irrupción, O'Toole falleció ayer a los 81 años.

El actor murió en el hospital Wellington de Londres, según informó su familia, que prefirió no precisar la causa. "Dejó la profesión con los ojos secos y profundamente agradecido", dijo O'Toole el año pasado, cuando se retiró de la actuación. Su último rol importante fue en Venus (2007), por el cual recibió una octava nominación al Oscar. Fue un récord: nunca lo ganó, aunque en 2003 la academia americana le dio un premio honorífico.

Inmortal

"No soporto la luz. Odio la intemperie. Mi idea del cielo es estar moviéndome de una pieza llena de humo a otra", dijo alguna vez O'Toole, un vividor que no se arrepentía de "ninguna gota tomada". Hijo de un apostador, O'Toole aceptaba como fecha de su nacimiento el 2 de agosto de 1932. Creció en el estallido de la II Guerra Mundial y tras un breve paso por la Armada, a los 20 años se unió a la Academia Real de Arte Dramático.

Formado en los teatros de Bristol y Londres, en los 50 junto a actores como Richard Burton y Richard Harris, saltó al estrellado con Lawrence de Arabia. "Desperté una mañana y era famoso. Compre un Rolls-Royce blanco y fui hasta Sunset Boulevard, con lentes oscuros y traje blanco. Nadie se dio cuenta, pero fui completamente feliz", dijo.

En los 60 O'Toole siguió en la cúspide de Hollywood en cintas como Becket, Lord Jim y el aclamado drama histórico Un león de invierno (1968), junto a Katharine Hepburn. En 1976, el whisky le pasó la cuenta: al borde de la muerte, le extirparon parte del estómago y el intestino. Pero revivió: en 1982 volvió a ser nominado al Oscar por Mi año favorito.

Aunque nunca volvió a igualar el éxito de Lawrence de Arabia, nunca desapareció del todo: estuvo en Calígula (1979), con Malcolm McDowell; Bertolucci lo dirigió en El último emperador (1988); en la comercial Troya (2004), con Brad Pitt, y en 2007 le dio la voz al crítico gastronómico Anton Ego, de Ratatouille. En Venus, su última película relevante, interpretaba a una vieja estrella de televisión ya de salida. Hacía años no bebía, pero seguía usando calcetines verdes y fumando Galouis sin filtro con boquilla de ébano.