El lanzamiento de una bomba de gas pimienta contra los jugadores de River Plate significó anoche la suspensión del partido ante Boca Juniors, en el estadio La Bombonera, por los octavos de final de la Copa Libertadores.

El incidente se produjo cuando el plantel visitante volvía a la cancha, a través de la manga inflable, luego de que el partido terminará sin goles durante el primer tiempo (en la ida ganó River 1-0).

Debido a la acción de barrabravas boquenses, los principales afectados fueron Ramiro Funes Mori, Leonel Vangioni, Sebastián Driussi y Leonardo Ponzio, quien sufrió los efectos más visibles, con quemaduras superficiales en la espalda, además de registrar problemas oculares.

Las imágenes de televisión registraron a uno de los autores del hecho con un soplete de acetileno, artefacto con el que rompió la reja de seguridad para poder lanzar la bomba de gas en la manga. De acuerdo con la versión de Fox Sports, el delincuente en cuestión estaba sancionado con prohibición de ingreso por las propias autoridades de Boca Juniors.

La situación demostró el carácter irresoluto de los directivos de la Conmebol, pues tardaron 74 minutos en decidir la suspensión del duelo. Con el veedor boliviano Roger Bello haciendo un papelón y con Eugenio Figueiredo, secretario de la CSF y uno de los vicepresidentes de la FIFA, observando todo a una orilla de la cancha.

Pese a ellos, el entrenador de Boca Juniors, Rodolfo Arruabarrena, decidió mantener a su equipo en el campo en las posiciones habituales del inicio de juego, lo que causó la indignación de su par riverplatense, Marcelo Gallardo.

"Me confirmaron que se suspendió. Es vergonzoso, lamentable que nos toque vivir una situación así", se quejó Gallardo. "Cuando salíamos a la cancha abrieron la manga y lo tiraron. Una vergüenza que abran la manga para esto", denunció el entrenador.