A principios del siglo XX hubo un Salomon Guggenheim o un Heinrich Thyssen-Bornemisza, ambos multimillonarios que abrieron al público sus valiosas colecciones de arte. Hoy es el turno del mexicano Carlos Slim. El hombre más rico del planeta tiene en su haber 66 mil obras de arte.
Una colección de esa magnitud necesitaba de un lugar adecuado donde mostrarse. Como el Guggenheim de New York o el Thyssen-Bornemisza de Madrid, ese centro es la nueva sede del museo Suomaya. Presentado la noche del martes al presidente mexicano Felipe Calderón, en la ceremonia estuvieron el periodista Larry King y Gabriel García Márquez.
El nuevo museo llama la atención por su forma asimétrica o su revestimiento como de espejos. Sin embargo, lo más importante está dentro. El edificio de ocho pisos alberga obras de maestros europeos como el Greco, Van Dyck, Rubens, Tintoretto; los impresionistas Monet, Van Gogh, Renoir, Toulouse-Lautrec, Gauguin; la vanguardia española de Dalí, Miró, Picasso; o los muralistas méxicanos Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, así como la mayor colección fuera de Francia del escultor Auguste Rodin.
El proyecto forma parte de un nuevo centro de negocios llamado Plaza Carso, en el que Slim ha invertido 800 millones de dólares, de los cuales 80 fueron para el centro cultural. El diseño es del arquitecto Fernando Romero, conocido por la Casa de la Música de Oporto (Portugal). "Romero se jugó por diseñar un conjunto de torres que no hacen alarde, con líneas sencillas, y en medio de ellas coloca una estructura que destaca y que en sí misma es una obra de arte", explica David Basualto, cofundador de Plataforma Arquitectura.
Serán 6.200 piezas en exposición. Las otras 60 mil se "encuentran en bodegas y otras en itinerancia", dice a La Tercera Araceli Villarreal, encargada de difusión. Han pasado por Brasil y Colombia, pero por ahora no hay planes para Chile.