Actualmente, cualquier persona natural puede vender sus propiedades, obtener ganancias y no pagar impuestos por ello. Pero con la reforma tributaria, algunos deberán empezar a cancelar tributos.
La norma establece que todos los inmuebles adquiridos después de 2004 quedarán afectos al nuevo impuesto, pero siempre y cuando la ganancia obtenida por la venta del bien raíz sea superior a las 8.000 UF, es decir, unos $ 192 millones. Este límite es para toda la vida del contribuyente, independientemente del número de transacciones, es decir, una persona puede vender todos los inmuebles que quiera, pero si las ganancias obtenidas por esas operaciones superan las 8.000 UF, estará obligada a pagar impuestos a la ganancia de capital.
Así, además, se genera una exención de hasta 8.000 UF para quienes no se dediquen habitualmente a la compraventa de inmuebles.
Los inmuebles comprados antes de 2004 estarán exentos de pagar este tributo, quedando sujetos al régimen vigente hasta antes de la aplicación de la reforma. "Si la persona tiene una vivienda de renta que compró, por ejemplo, en 2002, no pagará impuesto a las ganancias por la venta", ejemplifica Vicente Domínguez, director ejecutivo de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI), y si la persona natural compró una propiedad en 2006 y la vende en 2017, con una de 9.300 UF "pagará impuesto sobre una ganancia de capital de 1.300 UF", explica el ejecutivo.
Según el director de ADI, la reforma tributaria ahora es menos "gravosa respecto de las ganancias de capital de lo que era originalmente". Esta medida, añade, beneficiará sobre todo al sector medio, que tiene entre una y tres propiedades.
Las indicaciones especifican que cuando se superen las 8.000 UF como ganancia de capital, se puede pagar una tasa fija de 10% -sobre la ganancia de capital- o sumarlo a la tasa de global complementario. "En general, la gente va a optar por pagar el 10%, anticipa Domínguez.
El texto se refiere también a las propiedades heredadas. El tema no estaba presente en el proyecto de ley original. Ahora, con las indicaciones, se establece que el impuesto a la herencia que paga una persona al recibir un bien raíz, se deduce del gravamen a la ganancia de capital. "Tendrá un impacto positivo, porque es una deducción a la ganancia de capital", afirma Domínguez.
Con este impuesto, el gobierno espera recaudar $ 36.924 millones anuales, una vez que la reforma ya esté en régimen.