El papa Francisco quiso firmar personalmente el mensaje a los musulmanes de todo el mundo que, desde 1967, el Vaticano les envía en ocasión del fin del Ramadán.

Una excepción en tal sentido tuvo lugar sólo en 1991 con Juan Pablo II. El Pontífice explicó que quiso rubricar el texto "como expresión de estima y amistad para todos los musulmanes, especialmente los que son jefes religiosos".

En los últimos años, este mensaje había sido escrito para el Papa por el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso.